Google realizó una maniobra muy audaz al lanzar Chrome Frame, una extensión para Internet Explorer que le permite al navegador de Microsoft utilizar el motor de Google Chrome. La extensión hace que Internet Explorer se comporte de forma completamente diferente bajo ciertas condiciones, "casi" como en realidad debería hacerlo. Sin embargo, era cuestión de tiempo para que el gigante de Redmond emitiera su opinión. En una acción que no sorprende en lo absoluto, Microsoft declaró que Chrome Frame supone un gran riesgo en materia de seguridad para Internet Explorer, y que los usuarios deberían evitar su instalación. Una respuesta "sacada del libro" que huele más a desesperación que a cualquier otra cosa.
Google justificó la existencia de Chrome Frame a través de la necesidad de otorgar un entorno compatible para los desarrolladores que creen aplicaciones web. Debido a las limitaciones actuales de Internet Explorer en sus tres versiones mayores, muchas de estas aplicaciones simplemente no podrían funcionar en ese navegador. En teoría, el desarrollador podría acoplar Chrome Frame a su aplicación y cuando alguien ingrese a la misma a través de Internet Explorer, se podría solicitar la instalación de Chrome Frame, tal y como los sitios actuales piden otras extensiones, entre ellas Adobe Flash, Java y el mismo Silverlight de Microsoft. Hasta aquí, todo parece razonable. Sin embargo, para algunos elementos en Redmond esto parece haber sido una puñalada entre las costillas.
Rápidamente Microsoft salió a criticar al nuevo software de Google, declarando que genera varios problemas de seguridad no sólo por tratarse de una extensión, sino porque está basado en Google Chrome, y también se mencionaron "inconvenientes" con el modo InPrivate en Internet Explorer 8 y el manejo del historial de navegación. Además, Microsoft minimizó a Chrome Frame al llamarlo "un navegador dentro de otro navegador", y rechazó cualquier posibilidad de que Chrome Frame pueda aportar alguna mejora a Internet Explorer 6, navegador que todavía posee una cantidad significativa de usuarios, pero que Microsoft todavía no sabe cómo hacer para convencerlos de que lo abandonen y se actualicen a una versión superior. Es sorprendente que Microsoft aún no haya implementado alguna forma de actualización forzada, tal y como hizo recientemente con el Windows Live Messenger, obligando a los usuarios a pasar de la versión 8.1 a la versión 9 sin posibilidad de negociación, alegando "vulnerabilidades" en las versiones previas del MSN.
Esta reacción de Microsoft parece como mínimo, exagerada. La gran mayoría de las fallas de seguridad que poseen las versiones de Internet Explorer son propias de esos navegadores, y como si fuera poco, la mayor parte del malware que existe flotando en la red ataca de forma prioritaria a Internet Explorer antes que a otros navegadores. Implementar una porción de código Google en Internet Explorer debería hacerlo de hecho "más seguro" que antes, ya que al utilizar un código alternativo, el navegador reacciona de forma un poco diferente a la que espera el malware. Hay sangre en el agua, e Internet Explorer parece ser la presa. Google ya hizo a "Wave" compatible con Internet Explorer a través de Chrome Frame, demostrando su teoría, y es probable que se repitan más acciones como esta. Después de todo, nada impide que Mozilla, Apple u Opera hagan algo similar a lo que hizo Google…