Una de las características más interesantes del arte es la innovación. Cada obra es -salvo los casos de plagios flagrantes- algo completamente nuevo y diferente. Hoy te mostramos lo que puede hacer un científico utilizando seres vivos –hongos, microbios y bacterias– para crear verdaderas obras de arte. En Microbial Art, cada obra se convierte en un recordatorio de la existencia de estos minúsculos seres, tan temidos como ignorados.
En microbial Art podemos apreciar una colección de obras de arte únicas, creadas con bacterias vivas, hongos y microbios. A diferencia de otros artistas que utilizan materiales más convencionales -lápices, oleos o variopintos pigmentos- los científicos que exponen sus obras en este marco realizan sus trabajos con seres vivos.
La función de estos trabajos es doble: por un lado, es innegable que poseen una extraña belleza, capaz de provocar en el espectador el mismo sentimiento que cualquier otro cuadro creado por medios tradicionales. Pero quizás su aspecto más importante sea despertar el interés por la ciencia en quien se toma el “trabajo” de repasar estas obras. De alguna manera, funcionan como una interfaz entre el arte y la ciencia.
Las pinturas creadas con estos pequeños seres vivos no dejan de proporcionarnos una excelente oportunidad para apreciar su belleza. Si bien están presentes en casi cada rincón de nuestro planeta, por lo general pasan inadvertidos. Por lo tanto, cada obra se convierte en un recordatorio de estos minúsculos seres, tan temidos como ignorados.
Existe la creencia general de que los científicos tienen un sentido estético que puede calificarse -como mínimo- de “rudimentario”. Sin embargo, viendo las imágenes que hemos seleccionado para este artículo, no caben dudas que dicha creencia es totalmente errónea. En muchos casos, estas obras no solo son innovadoras por la forma en que han sido creadas sino que además son hermosas.
Los científicos han dado rienda suelta a sus dotes artísticas, utilizando los materiales que mejor conocen: Bacillus subtilis, Pseudomonas aeruginosa, Pseudomonas fluorescens, Staphylococcus aureus, Chromobacterium violaceum, Escherichia coli, Micrococcus luteus, Serratia marcescens, Micrococcus roseus, Proteus mirabilis, Vibrio fischeri, y un largo “etcetera” lleno de nombres parecidos.
Este sitio fue creado por el doctor Ryan Gregory, de la Universidad de Guelph, Canada, en octubre de este año. Contiene obras de arte creadas por estudiantes y científicos de todo el mundo. Muchas de las bacterias y hongos utilizados han sido modificados genéticamente para responder de determinadas maneras a la luz, muchas veces incluyendo proteínas que las vuelven fluorescentes. El único requisito para publicar un “cuadro” en esta “galería virtual” es que esté realizado a partir de los materiales mencionados.
Si bien estos seres generalmente poseen alguna coloración especial que puede ser aprovechada para “pintar” con ellos, la manipulación genética amplia de forma notable la paleta de colores disponibles. Algunos de los seres utilizados en las imágenes que estás viendo pueden brillar al ser expuestos a la luz negra, o incluso hasta emitir luz bajo ciertas condiciones. Una de las obras, incluso, tiene un autor famoso: fue realizada por el Premio Nobel Alexander Fleming.
De hecho, es bastante probable que haya sido el mismo Fleming el primero en pintar utilizando bacterias. Si bien sus habilidades artísticas no eran precisamente impresionantes, lo cierto que para ser un pionero en esta forma de arte no lo hacia tan mal. Se sabe que hizo solo una exhibición de su arte, nada menos que para la Reina Maria de Inglaterra. Si bien no tuvo mucho éxito y rápidamente cayó en el olvido, su idea parece haber inspirado a más de un microbiólogo.
Quizás una de las obras que más nos gustaron de esta extraña galería sea este “Mario Bros”, “construido” a partir de bacterias fluorescentes de diferentes colores y animado mediante técnicas de “stop motion”. Quien sabe, quizás los videojuegos del futuro utilicen como dispositivos de salida pantallas construidas con seres vivos.