Descubren en la lejana Antártida una diminuta roca del espacio que podría aportar nuevos y valiosos datos sobre la formación del Sistema Solar. Los científicos están sorprendidos por la rareza de este micrometeorito que, una vez analizado, desvelará conocimientos a los que nunca antes se había podido llegar. Su nombre no tiene nada de poético: MM40 pero esta pequeña pieza puede ser el origen de sorprendentes descubrimentos.
Aunque la Antártida parezca un lugar lejano y solitario, está lleno de científicos que realizan investigaciones de todo tipo, entre ellas, las referidas al estudio de meteoritos. Al ser una zona de suelo tan uniforme, resulta relativamente sencillo encontrar multitud de restos espaciales que caen sobre el hielo y quedan incrustados en él. Allí se encontraba la pequeña roca micrométrica que ha levantado una enorme expectación entre la comunidad científica pues en la composición de la pieza se hallarán respuestas a muchos interrogantes formulados sobre la formación del Sistema Solar. La roca ha sido bautizada con el prosaico nombre de MM40 y posee una longitud máxima de 150 micrones. Hay que saber que un micrón es la milésima parte de un milímetro, por tanto, podemos imaginar el tamaño de la roca parecido al de la cabeza de una pulga. Realmente se trata una pieza muy pequeña pero que contiene mucha mas información de lo que podemos imaginar a primera vista. El experto Matthieu Gounelle, investigador del Laboratorio de Mineralogía y Cosmoquímica del Museo de Historia Natural de Francia, se ha encargado de analizar en profundidad la composición química del micrometeorito y asegura que nos encontramos ante un ejemplar único. Tanta expectación ha generado esta roca diminuta que, además de Guonelle, ya se encuentran muchos científicos estudiando las características del MM40 para intentar arrancarle los misterios de la formación de nuestro enigmático Sistema Solar. Y es que los meteoritos no sólo sirven para espantarnos y acabar con la Tierra a poco que nos despistemos.
¿Qué hace tan especial a esta roca? El pertenecer a una clase de meteoritos llamados acondritas, muy raros de encontrar y que presentan una característica que los hace únicos. Los meteoros condritas se formaron durante los inicios del sistema solar, permaneciendo sin la clásica alteración cristalina típica de las rocas terrestres. Sin embargo, los acondritas, como el caso objeto de descubrimiento, se formaron antes de que el Sistema Solar hubiera nacido, por tanto, su composición química podría arrojar nuevas pistas sobre la génesis de los planetas. El doctor Mahesh Anand, un astroquímico del departamento de Tierra y Ciencias Ambientales de la Universidad Abierta, dijo: " Es fascinante en cuanto a la cantidad información que puede ser recuperada sobre los complejos procesos que se dan en la formación planetaria de los fragmentos diminutos de material extraterrestre que rutinariamente caen a la Tierra de manera anónima". Una vez terminados los exhaustivos análisis del MM40, los científicos podrán llegar a nuevas conclusiones sobre cómo se formaron los planetas y que implicaciones tiene esta nueva información sobre las teorías astronómicas generales.