En los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial Alemania puso en servicio el Messerschmitt Me 262, un sorprendente avión sin hélices. Era el primero de los aviones a reacción que habían de sustituir por completo, en unos pocos años, a los aviones movidos por motores de pistones. A pesar de que su tardía intervención en ese conflicto bélico hizo que su impacto en el curso de la guerra fuese insignificante, el Me 262 influyó en el diseño de muchos aviones de la posguerra como el North American F-86 Sabre y el Boeing B-47. Te contamos la historia del que se considera el diseño aeronáutico alemán más avanzado que haya sido usado jamás.
Existen diseños que, a pesar de no haber sido debidamente reconocidos en su momento, cambiaron el curso de la historia. A principios del siglo pasado, en 1910, el inventor rumano Henri Coandă construyó y exhibió en la Segunda Exhibición Aeronáutica Internacional de París el que se considera el primer avión a reacción del mundo. El concepto no tuvo mucha aceptación, y no fue hasta casi finalizada la Segunda Guerra Mundial que un avión impulsado por este tipo de propulsor se hizo famoso.
El Messerschmitt Me 262 es considerado por los historiadores como el primer avión de combate a reacción del mundo. Fue fabricado en serie en los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, y a partir de julio de 1944 entró en combate, cumpliendo las funciones de caza, interceptor, bombardero de ataque, avión de reconocimiento y caza nocturno. Era casi 200 kilómetros por hora más veloz que el famoso interceptor North American P-51 Mustang, y a pesar de lo cerca del final de la guerra en que fue construido, logró demostrar su eficacia en varios combates. Se fabricaron entre 1400 y 1500 unidades, y solo unos 300 volaron durante el conflicto bélico, derribando más de 500 aviones aliados.
Alemania ya había probado, días antes de comenzar la guerra, el diseño de un avión a reacción. Pero el Heinkel He 280 que voló por primera vez en 1942 no llegó a construirse culpa de los constantes enfrentamientos políticos entre Ernst Heinkel y el ReichsLuftfahrtMinisterium (RLM) . El desarrollo del Me 262 había comenzado en 1938 y compartía algunos conceptos utilizados en el Heinkel. El proyecto tenía el nombre clave “Projekt P.1065” y fue dirigido por Waldermar Voight, con la supervisión de Wilhelm Messerschmitt. Se decidió que el nuevo avión utilizaría dos motores gemelos a reacción, y los primeros planos que se dibujaron mostraban los motores ubicados al medio de cada una de las alas, con el tren de aterrizaje principal situado debajo de la cabina del piloto. Las alas, de diseño simple, eran prácticamente perpendiculares al fuselaje. Pero el diseño fue sometido a varias revisiones, y finalmente el avión se construyó con las alas inclinadas hacia atrás, lo que le daba una característica forma de flecha.
Los dibujos finales se enviaron al RML a mediados de 1940 y pronto se ordenó la construcción de los primeros tres prototipos. Los tres aviones se denominaron respectivamente “PC + UA” , “PC + UB” y “PC + UC” (o V1, V2 y V3), y como el desarrollo de los motores se retraso considerablemente, Messerschmitt decidió probar el primero de ellos utilizando un motor Junkers Jumo210 G convencional. El 18 de abril de 1941 Fritz Wendel, un experimentado piloto de pruebas realizó el primer vuelo en el V1. Hubo que esperar hasta noviembre para que se intentase realizar el primer vuelo con el prototipo equipado con los dos turborreactores BMW 109-003 de 450 Kg de empuje, sin quitar el motor Jumo de su sitio. El experimento fracasó cuando al acelerar los motores estos comenzaron a perder sus alabes. Corregido el problema, el primer vuelo exitoso del Me 262 propulsado exclusivamente por motores a reacción tuvo lugar el 18 de julio de 1942. Se construyeron varios prototipos más, y la versión 6 (V6) fue equipado con reactores Junkers 109-004 B-1 de 900 Kilogramos de empuje cada uno, idéntico a los que serían fabricados en serie.
Se habían proyectado varias versiones del avión, pero solo se alcanzaron a construir cazas y bombarderos. Contaban con un equipo de rádio, radiogoniómetro automático y un sistema de radiolocalización FuG 218 AI y FuG 350 Zc para buscar los bombarderos enemigos a partir de los datos del radar. El bombardero llevaba una bomba de 500 kilos o dos de 250, los aviones de reconocimiento incluían una cámara de fotografía Rb 50/30 y los cazas cuatro cañones Mk 108A-3 de 30mm en la nariz. El Me 262 era una máquina muy superior a cualquier caza aliado de la época, pero era muy vulnerable en durante las maniobras de despegue y aterrizaje, por lo que los aeropuertos en los que operaban estaban defendidos por otros aviones, como el Fw 190D-9 o los Messerschmitt Bf 109G y Bf 109K-4. A pesar de su tardía aparición en el escenario de la Guerra Mundial, el Me 262 es considerado el mejor diseño aeronáutico alemán que nunca se haya utilizado, e influyó en el diseño de muchos aviones posteriores, como el North American F-86 Sabre y el Boeing B-47.