La idea de «rescatar» algo es muy diferente a lo que nos enseñan los trabajos de ficción. No hay explosiones ni helicópteros que nos saquen de una azotea en el último segundo… pero la historia que tenemos hoy involucra a un buque con más de 60 años de antigüedad, y docenas de recreativas. En el año 2012, un grupo de coleccionistas logró ingresar a esta cápsula del tiempo oxidada después de negociar durante meses, y dar inicio a lo que hoy se conoce como «Operación Lancaster», el rescate colaborativo de recreativas más grande del Reino Unido.
Más arriba dije que la historia involucra a un buque, ¿verdad? Bien, se trata del TSS Duke of Lancaster, un barco de pasajeros construido en el año 1955, y que operó en mares europeos entre 1956 y 1978. A mediados de los ‘60, los transbordadores de vehículos ganaron mucha popularidad, por lo que el Duke of Lancaster fue sometido a una serie de modificaciones que le permitían transportar un máximo de 105 vehículos, además de ofrecer cabinas para 400 pasajeros.
Ese tipo de servicio concluyó en 1975, y el «duque» asumió un nuevo rol como nave de relevo en el cruce Holyhead (Gales) – Dún Laoghaire (Irlanda), hasta su retiro definitivo en noviembre de 1978. El TSS Duke of Lancaster había concluido su tarea en el mar, pero su acto como guardián de recreativas estaba a punto de comenzar.
En agosto de 1979, el barco se trasladó a Llanerch-y-Mor (norte de Gales) para su transformación en «The Fun Ship», una mezcla entre parque, centro comercial y hotel. Al principio todo marchó de maravillas: Creó nuevos empleos, y rápidamente se volvió una atracción turística a tener en cuenta. El problema fue que sus dueños se encontraron en un masivo conflicto legal con el ayuntamiento. El barco había sido encallado a propósito para aprovechar un vacío en una ley (la llamada «Shops Act» de 1950) que prohibía la apertura de comercios el día domingo, ya que las embarcaciones no estaban sujetas a ella.
La posición del concejo local era que el barco destruiría el comercio local, y comenzó un proceso sistemático de rechazo, negando permisos, sellos, firmas, y un largo etcétera. El barco quedó atrapado en una completa «guerra de desgaste legal», y «The Fun Ship» cerró sus puertas… con casi todo en su interior. En 2009, un miembro del foro de exploración urbana «28dayslater» publicó esta imagen:
Docenas de máquinas, esperando a ser rescatadas. Oliver Moazzezi, uno de los coleccionistas de recreativas más importantes del Reino Unido, entró en acción para contactar al dueño de esos arcades. Logró localizarlo en enero de 2011, y un mes después estaba con dos colegas más recorriendo el interior del barco. Carcasas raras, un par de bootlegs… el lugar era mágico.
Sin embargo, la magia no se extendió a lo que el dueño quería por las recreativas. No hay más detalles al respecto, pero supongo que pretendía garantizar el retiro de de sus bisnietos con la venta. Ocho meses de negociaciones en vano, cuatro meses de «silencio de radio», y Moazzezi recibió el aviso de que el vendedor estaba «consultando precios» en el mercado. El tiempo, la razón, e información adicional ayudaron en el proceso.
Ambas partes llegaron a un acuerdo, pero la «Operación Lancaster» no iba a comenzar en paz: Había entrado agua al barco (lo que amenazaba con dañar varias carcasas), tenían diez días para retirar las máquinas (trabajos programados de mantenimiento no permitían ni un minuto más), y necesitarían una grúa. Después de todo, la única manera de sacar las recreativas «enteras», era a través de la cubierta principal.
Un total de quince coleccionistas y entusiastas, varias camionetas (propias y alquiladas), organización en los pagos (lo que hace a «Operación Lancaster» una campaña de crowdfunding a su modo), y una grúa gigante revolucionaron al pequeño pueblo el 4 de febrero de 2012. En total, más de cuatro docenas de recreativas fueron rescatadas, incluyendo a una notable cantidad de pinballs, y varios juegos para niños. La lista completa se puede consultar en esta imagen.
De acuerdo a la evaluación posterior de los juegos, ninguno era posterior a 1981, lo que explica la presencia de títulos como Space Invaders y Galaxian. ¿Las más raras de la lista? Gypsy Juggler de Meadows, Atari Splash y Exidy Side Trak, por citar algunas. Imagino que varias de estas recreativas ya han sido restauradas, mientras que otras esperan a una posibilidad económica por parte de sus dueños, pero la misión se cumplió con éxito, y más de treinta años después, están en buenas manos.