Por si no tuviéramos bastante con los reality show producidos en el país, ahora nos llega un experimento que pretende reproducir lo visto en estos espacios televisivos. Se supone que la idea principal radica en simular un encierro voluntario de varias personas para que convivan en una “nave” como si estuvieran viajando hacia Marte. Todo será grabado, monitorizado y analizado para su posterior estudio.
Hoy comienza lo que podría llamarse el Gran Hermano Marciano I, un experimento de lo más llamativo que consiste en meter dentro de un espacio confinado a una serie de participantes simulando un viaje hasta el mismísimo Planeta Rojo. Lo han desarrollado la Agencia Espacial Europea (ESA) y el Instituto Ruso de Problemas Biomédicos. El desarrollo del evento se realizará en dos fases: Una de 105 días de duración y otra mucho más dura donde los miembros del Mars500 tendrán que recluirse durante 520 días para simular la duración real del viaje: 250 días de ida, 30 de estancia en Marte y 240 de vuelta(en el mejor de los casos). El espacio habitable cuenta con un volumen de 530 metros cúbicos, incluye un módulo residencial, otro médico y otro más con un gimnasio. Asimismo, existe un espacio que imita la superficie de Marte y otro que emula las características del módulo encargado de posarse sobre la superficie del planeta rojo. Y olvídate de encontrar consuelo en el alcohol o el tabaco: ambos están estrictamente prohibidos. Si quieren bebidas más espirituosas tendran que conformarse con tomar otras menos nobles.
Permanecerán sin comunicación con el mundo exterior, con monitores electrónicos conectados a varias partes de su cuerpo y con infumable comida para astronauta como desayuno, almuerzo y cena. Los participantes entrarán como ovejas al matadero en un lóbrego edificio en Moscú, abrirán una pesada especie de escotilla y desaparecerán. Todo en nombre de un experimento sin precedentes llamado Mars500 del que se ha venido hablando durante años y que ahora, por fin, se llevará a buen puerto.
¿Cómo existen locos en el mundo que sean capaces de meterse voluntariamente en una caja de metal, sin nada que hacer más que mirarle la jeta al compañero, comer, dormir y metabolizar durante 3 meses? Pues muy sencillo. Porque les pagan 6.500 dólares al mes por resistir el experimento y además, la fama de ser los primeros del mundo que participan en un acontecimiento histórico y que puede dar las pistas necesarias para que la misión tripulada a Marte se haga con las máximas garantías. Hay que apuntar la enorme cantidad de voluntarios que se presentaron al “casting”. Casi 6.000 personas de 40 países se inscribieron en el exigente proceso de selección que la organización llevó a cabo para finalmente escoger a sólo 6 hombres de lugares tan dispares como Francia, Rusia y Alemania. Las reglas permiten abandonar el experimento cuando uno lo desee pero claro, la investigación es muy cara y no pueden dejar que se vaya al traste así que ya se encargarán de evitar que los participantes renuncien. La excusa de cambiarse de calzoncillos ya no vale, pues les proporcionarán unos que aguantan toda una semana sin lavarse.
Dos de los participantes van a ser parte la tripulación real del viaje a Marte: Oliver Knickel, ingeniero mecánico del ejército alemán, de 28 años de edad y Cyrille Fournier (de 40), francés y piloto comercial. Por la parte rusa, cuatro personas: el comandante cosmonauta Sergei Ryazanski (34), que también es biólogo; el ingeniero y también cosmonauta Oleg Artemyez (37) (ambos con experiencia en el espacio); Alexei Shpakov (25), fisiólogo y deportista y Alexei Baranov (34), médico.
¿Qué se estudiará en el Mars500? Básicamente se centrará en analizar los efectos psicológicos y físicos del aislamiento prolongado. Hay que tener en cuenta que no resulta nada sencillo para una persona resistir tantos meses confinado en un espacio reducido, sin contacto con el exterior, ingiriendo alimentos imposibles y compartiendo los pocos metros de espacio con 5 personas más. La presión del aislamiento puede llevar a los participantes a situaciones críticas que deben ser estudiadas para poder evitarlas en el futuro cuando se encuentre la nave realmente en órbita. Las condiciones de vida simularán al máximo las existentes en el vuelo real. No saldrán de sus módulos, donde además se reciclarán líquidos y aire como sucedería en una nave. En la versión “extendida” del experimento, realizaran “paseos” sobre una superficie como la de Marte. También se mantendrá una limitación en las comunicaciones "con la Tierra", y es la incorporación de un retraso conforme se alejan hacia Marte, para simular la imposibilidad de hablar en directo y someterse a los dictados de la limitación de la velocidad de la luz: el desfase llegará a ser de 40 minutos en algunos momentos del viaje entre pregunta y respuesta.
¿Cómo es la “nave”? Hay pocos lujos en el interior de símil pino de los compartimentos. Disponen de una TV plana grande (van a tener tiempo de ver todas las peliculas del 2009 si quieren), una tetera y una nevera vacía. Pero la sensación general era de estar apretado, sin aire y sin ventanas. Las habitaciones para dormir son particularmente pequeñas y aparentemente no están aisladas del ruido. Cada voluntario puede traer una maleta de objetos personales, incluyendo libros, música, DVD y juegos como ajedrez. Trabajarán en turnos de hasta 10 horas durante la noche o el día, en los que llevarán a cabo experimentos científicos y revisarán los sistemas a bordo para asegurarse de que estén funcionando bien. De todos modos, experiencias de aislamiento reales ya tenemos con la Estación Espacial Internacional, pues allí pasan mucho tiempo astronautas de todas las nacionalidades y hasta hoy no se han dado situaciones dignas de convertirse en película de ciencia-ficción.
Existen algunos parámetros importantes que no se van a poder simular en el Mars500. Los psicólogos destacan que para los participantes no existe la presión mental de saber que no tienen escapatoria. Ellos saben que permanecen en la Tierra y que cuando quieran pueden salir sin peligro. Se considera una vía de escape psicológica que puede tranquilizar mucho a los integrantes de la nave simulada y que no poseen los que se encuentren en vuelo real. Por el lado fisiológico hay que recalcar que la ausencia de gravedad cero y que tampoco reciben exposición a las radiaciones. Ambas cuestiones son de vital importancia para objetivizar con eficacia los resultados de estos experimentos. De todos modos, como experiencia de partida nos parece un evento muy llamativo y realmente instructivo. Allí se llevarán al límite las conductas humanas potenciales que pueden llegar a aparecer bajo extremas condiciones de aislamiento. Si quieres seguir el experimento como si del Gran Hermano televisivo se tratara, pincha en este enlace.