Maria Sklodowska, más conocida por Marie Curie, fue una química y física polaca (posteriormente nacionalizada francesa) pionera en los estudios sobre la radiactividad natural. Sus trabajos ampliaron nuestros conocimientos sobre la física nuclear, y se convirtió en la primera persona en recibir dos premios Nobel. Trabajó en un mundo de hombres y se ganó la admiración y el respeto de todos sus colegas.
La radiactividad natural existe en el Universo desde su origen. Está presente en la Tierra e incluso en los seres vivos. La radiación que emiten los cuerpos es invisible, pero su interacción con otros materiales puede medirse con una gran sensibilidad y precisión. El origen de la radiactividad se debe a que los átomos que constituyen la materia suelen ser -en general- estables. Pero algunos de ellos se transforman espontáneamente (pierden alguna de sus partes) y emiten radiaciones que transportan energía. El descubrimiento de la radiactividad natural constituyó una verdadera revolución del pensamiento científico, que alteró nuestro modelo del universo e inauguró toda una nueva rama de la física. Marie Curie fue una de las responsables de esta revolución.
Marie Skłodowska nació el 7 de Noviembre de 1867 en Varsovia. Fue la quinta hija de un profesor de física y matemáticas de liceo llamado Władysław Skłodowski, y de una maestra, pianista y cantante llamada Bronisława Boguska. En esos años, Polonia se encontraba ocupada por Rusia, que mediante el uso de la fuerza había impuesto su idioma y costumbres. En medio de ese clima, Marie asistía a clases clandestinas ofrecidas en un pensionado en las que se enseñaba la cultura polaca. Siempre sintió una gran pasión por la lectura, sobre todo de temas relacionados con la historia natural y la física, y se sabe que a la temprana edad de cuatro años ya leía perfectamente. En su escuela siempre fue una excelente alumna (dominaba el idioma ruso, polaco, alemán y francés) y se graduó a los 15 años. En 1891 se mudó a Francia, y se inscribió en la Facultad de Ciencias Matemáticas y Naturales de la Universidad de la Sorbona.
En 1893 se convirtió en Licenciada en Física con las mejores notas de su promoción, y al año siguiente se licenció en matemáticas, segunda en su promoción. Ese año conoció a quien sería su esposo, Pierre Curie, que era profesor de física. Comenzaron a trabajar juntos y el 26 de julio de 1895 se casaron en una boda sencilla. El matrimonio no mermó en nada el apetito por la ciencia que sentía Marie Curie, que se planteó el reto de conseguir un doctorado. Hasta ese momento, solo una mujer había logrado doctorarse: la alemana Elsa Neumann. Comenzó a analizar los trabajos del físico Henri Becquerel, que había descubierto que las sales de uranio emitían unos rayos de naturaleza desconocida. El trabajo de Becquerel estaba emparentado con el reciente descubrimiento de los rayos X por parte del físico Wilhelm Röntgen. Marie, entonces, decidió investigar la naturaleza de las radiaciones que producían las sales de uranio. Finalmente, el 25 de junio de 1903 publicó su tesis doctoral (“Investigaciones sobre las sustancias radiactivas”) y obtuvo el doctorado cum laude.
Marie y Pierre se dedicaron casi exclusivamente al estudio de los materiales considerados “radiactivos”. Su favorito era el uranio en forma de pechblenda, un material que tenía la curiosa propiedad de ser más radiactivo que el uranio mismo. La explicación lógica era que la pechblenda contenía trozos de algún elemento mucho más radiactivo que el uranio, y los esposos Curie diseñaron varios experimentos para descubrirlo. Tras varios años de trabajo aislaron dos nuevos elementos químicos. El primero, descubierto en 1898, se llamó polonio en referencia al país donde nació Marie, como forma de llamar la atención hacia su situación política. El otro se llamó radio, debido a su intensa radiactividad. El “laboratorio” de los Curie se encontraba en un cobertizo, y Pierre se encargaba de suministrar los materiales y artilugios mientras que Marie trabajaba en el lugar. Ambos desconocían los peligrosos efectos de las radiaciones y sufrieron quemaduras y llagas casi constantemente. Para tener una idea del trabajo realizado en el cobertizo, vale como ejemplo el gramo de cloruro de radio que Marie obtuvo a partir de la manipulación de ocho toneladas de pechblenda.
Sus contribuciones a la ciencia le valieron dos Premios Nobel. De hecho, fue la primera mujer en obtener un premio Nobel y también la primera en obtenerlo dos veces, en dos campos diferentes. El primer galardón recibido fue el Premio Nobel de Física, en 1903, junto a Henri Becquerel y su marido Pierre Curie, “en reconocimiento de los extraordinarios servicios rendidos en sus investigaciones conjuntas sobre los fenómenos de radiación descubierta por Henri Becquerel”. En 1911 recibió el Premio Nobel de Química “en reconocimiento de sus servicios en el avance de la Química por el descubrimiento de los elementos radio y polonio, el aislamiento del radio y el estudio de la naturaleza y compuestos de este elemento”. Con una loable actitud desinteresada, jamás aceptó patentar el proceso de aislamiento del radio, dejándolo abierto a la investigación de toda la comunidad científica.
La mañana del 19 de abril de 1906, Pierre Curie murió en un accidente de tránsito, al ser atropellado por un coche de caballos en una calle de París cuando se dirigía a su laboratorio. Marie obtuvo la cátedra de física en la Sorbona que había sido otorgada a Pierre en 1904, y el 15 de noviembre de 1906 se convirtió en la primera mujer en dictar clases en una universidad. Tanta era la expectativa que despertó este acontecimiento, que asistieron un gran número de personas, muchas de las cuales ni siquiera eran estudiantes. Marie deslumbró a todos, hablando sobre la radiactividad.
Sus investigaciones en el campo de la radiactividad le provocaron daños irreversibles en su salud, y acabó muriendo de leucemia el 4 de julio de 1934. Marie Curie es considerada por la comunidad científica como uno de los más grandes intelectos de todos los tiempos. Como homenaje, se designó a la unidad de radiactividad como “curie”, aunque más tarde dicha denominación fue reemplazada por “becquerel”. Fue un ejemplo para las mujeres que luchaban por el reconocimiento y la independencia.