Cuando la música y la ingeniería se cruzan en el camino, los resultados pueden ser sencillamente asombrosos. Muchos instrumentos tradicionales merecen ser calificados como maravillas tecnológicas, pero una vez que vemos en acción a la Marble Machine del grupo sueco Wintergatan, los adjetivos se nos caen a pedazos. Tres mil piezas, dos mil canicas, 14 meses de trabajo, y una presentación pública que será muy difícil de olvidar.
Muchas personas suelen pensar en los instrumentos musicales como obras de arte, y de ninguna forma están equivocados, pero una vez que conocemos más detalles sobre su fabricación, el ingeniero que llevamos dentro grita de felicidad. A modo de ejemplo, sólo basta con repasar la precisión, la dedicación y la paciencia con la que se construyen los mejores pianos del mundo. Máquinas, hombres y mujeres cruzan espadas, combinan esfuerzos, y logran dar forma a algo capaz de generar magia en las manos de un experto, pero la mejor parte es que siempre hay espacio para desafiar los límites y experimentar. Tomemos el caso de la Marble Machine, máquina diseñada por el grupo sueco Wintergatan. En lo personal, creo que es imposible clasificarla con certeza, pero antes de pasar a eso, mejor la escuchamos:
Un xilófono, un poco de «caja de música», algo que parece ser un bajo del lado derecho, los componentes principales de una batería y equipo digital en la parte posterior representan apenas una fracción de las tres mil piezas necesarias para la construcción de la Marble Machine. El número de canicas (que dan toda la sensación de ser bolillas metálicas para rodamientos) asciende a dos mil, y con la enorme cantidad de palancas que salen de todas partes, es probable que sólo su creador Martin Molin sea capaz de tocar a este… ¿instrumento? ¿O tal vez sea mejor decir «orquesta»?
El grupo decidió documentar la construcción de la Marble Machine, y todas las dificultades que surgieron en el camino, pero no hay nada que indique una apertura del diseño. Después de todo, fueron 14 meses de trabajo (los vídeos no muestran nada de CNC, puros patrones y cortes), y es lógico que prefieran conservar cierta exclusividad sobre la máquina. Llevarla de gira tampoco parece ser una opción, debido a la dificultad que implica moverla, pero una cosa es segura: Queremos escuchar más.