Los mapas “de papel”, a pesar del auge de otros sistemas de geonavegación mucho más sofisticados -como el GPS– se niegan a morir. Una empresa llamada Zebra Imaging ha creado un “reemplazo holográfico” de los mapas tradicionales que podrían convertirse en en los mapas que todos usemos en el futuro. No hacen falta gafas extrañas ni colocarse de alguna forma especial para ver ciudades completas en 3D. Lamentablemente, por ahora solo podrán disfrutarlos los analistas del Pentágono.
Puede que esté volviéndome viejo. Pero a veces, me resulta más cómodo utilizar un mapa de papel que un GPS. Por supuesto, nadie puede negar la ventaja que supone -sobre todo cuando estas conduciendo tu coche- contar con un “asistente” que te indique donde debes girar para llegar a destino sin sobresaltos. Pero para “consultar” un mapa -es decir, analizar a la vez varias direcciones o destinos- un mapa tradicional puede resultar más cómodo, sobre todo por que la superficie disponible es mucho mayor que la pequeña pantalla electrónica de un GPS.
Y parece que son varios los que encuentran que las pantallas LCD resultan insuficientes para apreciar en toda su dimensión la información geográfica que deben analizar. Zebra Imaging, una empresa de Texas (EE.UU.) ha desarrollado un sistema de mapas holográficos que parecen de ciencia ficción. Se trata de unas láminas plásticas, sobre las que se graban las estructuras necesarias para que cuando incide sobre ellas la luz proveniente de una linterna de LED desplieguen una imagen en 3D. Lo mejor de todo es que, como puedes ver en el video que sigue a este párrafo, no hacen falta incómodas (y ridículas) gafas coloreadas ni nada por el estilo para poder ver el holograma.
Zebra Imaging vende su producto, en láminas de 2 x 3 metros, al Pentágono. El costo no es tan elevado como uno podría suponer a partir de su calidad: cuestan entre 750 y 2000 euros cada uno. Los “destinos turísticos favoritos” que los generales del Pentágono requieren en sus mapas incluyen los campos de batalla de Irak y Afganistán. A partir de los datos que sus sistemas satelitales y de fotografía aérea recogen, los técnicos de Zebra Imaging preparan el holograma, lo imprimen, y lo envían al Pentágono. No hace falta ser un genio para darse cuenta que una tecnología así puede hacer mucho por los “usuarios civiles”. Fuera del ámbito militar existen muchas instituciones que pueden aprovechar estos mapas: bomberos, brigadas de defensa civil, rescatistas que operan durante temporales o inundaciones, policía, etcétera.
Por supuesto, la cartografía no es la única aplicación posible para la tecnología que ha desarrollado Zebra. ¿Te imaginas lo que seria para un técnico desarmar un motor o un equipo electrónico teniendo a la vista un esquema de sus partes en forma de holograma? Los arquitectos y contratistas encargados de refaccionar, construir o demoler viviendas y edificios también podrían aprovechar este producto. Y los colegios, en casi todas sus materias, podrían utilizar hologramas que reemplacen pizarras, mapas y prácticamente cualquier material didáctico que puedas imaginar. Por ahora, solo el Pentagono disfruta de estos mapas. Pero seguramente dentro de unos años podrás llevar uno de ellos en tu coche -asumiendo que puedan plegarse de alguna manera- y disfrutar también de esta tecnología. ¿No te parece?