¿Break Dance? Desde que el Rey Michael nos dejó, lo único que hemos visto son imitadores baratos, pero en las manos y los pies de este pequeño ente robótico, el Break Dance se convierte en algo digno de ser visto. Mientras Occidente todavía se pregunta si los robots tendrán lugar en los hogares, los japoneses parecen divertirse haciendo que sus bots hagan prácticamente lo que sea. El pequeño Manoi baila Break Dance, y jugando un poco con las palabras, quiebra la pista de baile. Desde su simpática chaqueta roja hasta el movimiento que lo hace girar en su cabeza, el Manoi parece tenerlo todo para dejar en ridículo a todo ser humano que no puede distinguir el pie izquierdo del derecho a la hora de bailar.
Los japoneses han hecho cosas muy extrañas con sus robots. Algunas aplicaciones son serias, como por ejemplo convertirlos en maestros o médicos, pero fuera de eso, se han visto modelos, réplicas gigantes de robots famosos de la televisión, y hasta cocineros. Que un robot haga algo extraño parece ser una de las formas predilectas para los japoneses de poner a prueba a sus creaciones. Bailar se presenta como un desafío particularmente difícil, debido a la cantidad de movimientos que requiere. Flexibilidad y resistencia se vuelven enemigos dentro de un mismo cuerpo, algo con lo que sus diseñadores deben batallar constantemente. Algunos optan por soluciones con gran tamaño, pero en el caso del Manoi, todo parece indicar que no necesita más de lo que tiene a la hora de demostrar sus pasos de Break Dance.
Es obvio que en los dos vídeos colgados aquí, el pequeño Manoi está haciendo la misma presentación, aunque se puede observar un desliz en el segundo vídeo. El "ojo geek" también detectará rápidamente que las secuencias y los movimientos que realiza el Manoi se repiten a lo largo de la sesión, pero honestamente hablando, eso no hace mucho para quitarle lo sensacional. Sería un extraordinario juguete para dar como regalo, incluso más si se implementara una forma relativamente sencilla de programar sus movimientos y adaptarlos a otras canciones. Sus vídeos han estado flotando en la red durante un tiempo, y aún así era algo muy poco conocido. La enorme cantidad de información suele provocar que pequeñas joyas como el Manoi se pierdan entre el ruido digital.
En lo personal recuerdo un robot que sólo tenía algunas luces de colores y emitía un gruñido raro, sin mencionar que devoraba baterías del tipo D como si no hubiera mañana. Evidentemente, el Manoi demuestra que se ha recorrido un largo camino, más allá de la falta o la imposibilidad de aplicaciones comerciales para estos robots. Todavía estamos muy lejos de tener Robotinas o los NS-5 vistos en la adaptación al cine de "Yo, Robot", aunque todo debe comenzar en algún punto, y puede que el Manoi sirva como ejemplo para muchos otros robots que están por venir, aunque de momento solamente se lo pueda apreciar como un simple juguete que baila Break Dance… algo que hace muy bien, tanto que me siento un poco humillado ante este simpático trasto de metal.