Un sondeo realizado por una consultora asegura que sólo 4 de cada 10 empresas se decidirán a dar el salto hacia el Windows 7. Las razones que esgrimen para no comprar el nuevo sistema operativo de Microsoft atañen tanto a la crisis económica como a la desconfianza técnica que genera el futuro Windows. Sea como fuere, la estrella de la compañía de Redmond puede que salga al complicado firmamento comercial más apagada de lo que se pensaba.
Tras el fiasco de Windows Vista, los de Redmond tienen depositadas sus esperanzas en el nuevo sistema operativo que llevan desarrollando desde hace tiempo. La crítica especializada se ha mostrado positiva con él y ha dedicado muchas líneas a contar las bondades del producto. Esto pone en órbita a un Windows 7 que tras el efecto péndulo del fracaso de Vista, ha generado enorme expectación al consumidor que quiere ver por fin un sistema que supere al anterior y le proporcione una eficacia razonable. Sin embargo, los sondeos de la compañía ScriptLogic envían una señal de alarma sobre las posibilidades comerciales del nuevo sistema operativo.
Según sus encuestas, 6 de cada 10 empresas que han sido consultadas declaran que no van a comprar Windows 7, cuya fecha de salida se ha marcado para el 22 de Octubre del 2009. Muchas de las 1.000 compañías que respondieron a la pregunta, culpaban a la crisis por la decisión de no adquirir actualizaciones de software puesto que carecen de recursos para hacerlo y eso que los precios se han mantenido similares a Vista.
Si nos atenemos a los resultados del sondeo, la supernova en la que se esperaba convertir Windows 7, puede que se transforme en una humilde enana blanca sin tanto brillo ni explosiones. Sobre todo teniendo en cuenta que además de los motivos económicos, se muestra también una desconfianza en la compatibilidad del nuevo sistema operativo con las aplicaciones existentes. Los datos muestran una tendencia clara que no beneficia en nada a Windows 7, ya que alrededor del 60% de los encuestados no tienen planes de instalar Windows 7, el 34% lo hará para fines del 2010, y sólo el 5,4% lo hará antes de fin de año.
El 42% dijo que la mayor razón para no adoptar Windows 7 era la "falta de tiempo y recursos". Eso se suma a otra parte del sondeo, que halló que el 35% ya había pasado por alto actualizaciones o postergó compras para ahorrar dinero. Pero la cifra más llamativa se refería al 39 % de los encuestados que afirmó no fiarse de la compatibilidad del nuevo sistema operativo con el software disponible, a pesar de que Microsoft ha asegurado contar con los medios suficientes para evitar ese problema.
Las empresas no se encuentran en un buen momento para invertir en actualizaciones de software pero si a eso le añadimos la incertidumbre creada por la posible incompatibilidad que pueda presentar el sistema operativo de última hornada, el fracaso de ventas puede ser estrepitoso. Microsoft se halla en una encrucijada definida por una decisión difícil: por un lado, no podía esperar más tiempo para sacar al mercado al sustituto de Vista pero por otro quizá no sea ahora el mejor momento para vender un producto debido a la galopante crisis económica que padecemos. Las encuestas nunca son fiables al cien por cien, pero si se cumplen los pronósticos, puede que veamos a Microsoft en una situación delicada. Mientras tanto, XP se está convirtiendo en el sistema operativo más socorrido del momento.
