Recuerdan a WordArt, ¿verdad? ¿Cuántas hojas fueron impresas bajo sus efectos? ¿Cuántas invitaciones de cumpleaños, anuncios, ofertas, y promociones se crearon con los recursos que ofrecía? Hoy el WordArt parece un viejo recuerdo, tan remoto como el clásico Banner Mania, pero si quieres volver a aquella época sin tener que cruzar espadas con el Microsoft Office, puedes acceder a la versión en línea que creó el desarrollador Mike McMillan. Incluso se tomó la molestia de reproducir a Clipo… (!)
Admito que no soy alguien con muchas horas de vuelo en WordArt. Mi relación con el paquete Office siempre se inclinó hacia lo formal: Procesador de texto, algunas hojas de cálculo, y nada más que eso. Mi verdadera época de fuentes locas, carteles y efectos extraños en el texto fue con el Banner Mania de Brøderbund Software (tal vez reconozcan ese nombre por juegos como el Karateka y el Prince of Persia), usando un 286 y un viejo monitor Hércules.
Aún así, sería una locura de mi parte ignorar el legado del WordArt. Quien decida iniciar una expedición de arqueología digital y utilizar la vieja versión de WordArt no necesita desempolvar ninguna copia de Office. Ahora, WordArt tiene una versión Web.
Make WordArt: Versión online de WordArt
La página, bautizada Make WordArt, es una creación de Mike McMillan, y ofrece un total de quince estilos. Estoy seguro de que nuestros lectores reconocerán a la mayoría de inmediato, y es muy fácil de utilizarlos. Todo comienza haciendo clic sobre el estilo elegido, e ingresando texto. La cadena no puede ser demasiado larga, sin embargo eso no impide repetir el proceso varias veces hasta completar la frase. Los controles de tamaño y rotación aparecen directamente sobre el texto, y una vez que terminamos, las opciones principales son cuatro: Descargar el contenido como imagen, o compartirlo a través de Twitter, Tumblr, y/o Facebook.
El entorno de Make WordArt es muy similar al que recordamos de Windows 95 y versiones antiguas de Office. Su desarrollador incluso se tomó la molestia de recrear a Clipo, pequeño demonio entrometido y aún el ejemplo más contundente de cómo no se debe hacer un asistente de software. Todo aquel que necesite sus 20 minutos de nostalgia ya sabe en dónde encontrarlos.