Nuestro único satélite natural no ha recibido visitas humanas desde el año 1972, tras el cierre del programa Apolo. A partir de ese momento, todas las misiones dirigidas a la Luna fueron no tripuladas, y la mayoría de ellas orbitales. Técnicamente, Lunar Mission One se asemeja a estas últimas misiones, pero hay una gran diferencia: Todos podemos participar en ella a través del crowdfunding, asegurando un pequeño lugar en una cápsula del tiempo.
El Lunokhod 1 fue el primer rover que se desplazó por la superficie de la Luna vía control remoto. El último contacto con el rover se llevó a cabo el 14 de septiembre de 1971, y la misión concluyó oficialmente el 4 de octubre, coincidiendo con el aniversario del Sputnik. El Lunokhod 1 fue redescubierto en 2010 por el LRO, y al enviar pulsos láser a su ubicación, los científicos quedaron sorprendidos por el hecho de que su reflector permanece intacto, lo que habla de una capacidad notable de preservación por parte de la Luna. Esa misma preservación es en parte lo que nos trae aquí hoy. Lunar Mission One nos habla de una iniciativa británica que planea enviar un módulo robóticoal polo sur de la Luna en el año 2024, cargado con un taladro que deberá realizar una perforación de al menos veinte metros de profundidad, diez veces más de lo que se ha llegado hasta ahora. Si todo sale bien, el taladro podría trabajar hasta llegar a los cien metros, y sus muestras nos ayudarían a entender mucho mejor la composición lunar, además de intentar determinar su origen. Pero el módulo no va a dejar un simple agujero en la superficie, sino que colocará algo en él, para que quede protegido por cientos de miles de años.
Se trata de una cápsula del tiempo, cuyo contenido estará dividido en dos partes: El llamado Archivo Público tendrá, en resumen, un registro completo sobre la vida en la Tierra, una base de datos sobre sus especies, datos de biodiversidad, geología y atmósfera, entre otras cosas. El Archivo Público será un resguardo con fines educativos, un recurso que derrote al paso del tiempo y ayude a las generaciones futuras a comprender cómo era la vida terrestre en el Siglo XXI. Pero el Archivo Público es apenas la mitad de la ecuación. El Archivo Privado llevará en su interior pequeñas “cajas de memoria”, algo así como pendrives virtuales, que podrán ser llenados con cualquier cosa que los colaboradores de la misión deseen, incluyendo fotos, textos, vídeo, audio, o una combinación de todos esos elementos. Se calcula que la cápsula cargará con “varias decenas” de terabytes de información, y cuanto más grande sea el compromiso económico de cada persona, mayor será la capacidad disponible en sus cajas.
Ahí es cuando aparecen a las recompensas. Una contribución de 60 libras esterlinas le garantizará a los participantes su propia caja de memoria, y por extensión un pequeño lugar en Lunar Mission One. Con 600 libras, podrán competir en un sorteo para definir el nombre oficial del módulo lunar, 1.200 libras equivalen a una invitación para ver la partida de la misión desde el lugar de lanzamiento, y con unas nada despreciables 5.000 libras, accederán a un lugar en “control de misión”, con el objetivo de ver el alunizaje del módulo en vivo y en directo. Es probablemente uno de los Kickstarter a más largo plazo que hayamos visto, y uno de los más ambiciosos. Conocer más sobre la Luna y permitir la participación del público al mismo tiempo no tiene precedentes. Si hay algo que nos dejó la misión Rosetta, es que mirar hacia arriba siempre abre la imaginación a algo nuevo.