¿Es posible que buena parte de nuestra tecnología informática se deba a la experimentación con LSD? Aunque cueste creerlo, algunos piensan que sí. Parece una idea descabellada, pero lo cierto es que algunos científicos creen que toda la experimentación con LSD que efectuó el movimiento hippie en la década de 1960 en la zona sobre la que se asienta Silicon Valley ayudaron, y mucho, a los adelantos tecnológicos de la época. Si están en lo cierto, ese ordenador tan bonito que usas se lo debes a las drogas. ¿Se trata de algo real, o es simplemente una teoría sin sentido?
Nadie ignora que el movimiento hippie, que explotó en varias regiones del mundo allá por 1960, utilizó una bonita variedad de drogas como una forma de experimentar “estados alterados de la realidad”. Aunque la mayoría de los historiadores asocian el nacimiento de la industria del ordenador personal como una evolución natural de los enormes, lentos, pesados y -comparados con los actuales- casi inútiles ordenadores de la primera generación, que muchas universidades o departamentos del estado utilizaban para resolver sus problemas, lo cierto es que otros dudan de esa relación.
A pesar de que existe una clara línea evolutiva que rige el desarrollo de la informática, relacionando máquinas tan diferentes como las primeras “bombas” de Alan Turing con el iPad, algunos creen que estamos olvidando la influencia que tuvo el movimiento hippie y sus miembros pacifistas y consumidores de LSD. Esta teoría no es precisamente nueva: en 1995 la revista Time ya había analizado esta relación, en un artículo que básicamente decía “se lo debemos todo a los hippies.” Pero hace un tiempo, el tema fue revivido gracias a la publicación del libro “What the Dormouse Said, How the 60s Counterculture Shaped the Personal Computer Industry”, escrito por John Markoff, el periodista que cubre la sección tecnología del prestigioso New York Times.
A pesar de que el libro reconoce que algunos contratos del Pentágono “aceitaron” el diseño de los ordenadores, y que los intereses de algunas empresas enormes -como la mismísima IBM– fueron fundamentales para convertir lo que empezó como una máquina para realizar un censo utilizando cartones llenos de agujeros allá por 1960 en los potentes ordenadores actuales, rescata la estrecha relación existente entre algunos de los principales genios de la informática con el LSD. Personajes indispensables para la explosión de la informática hogareña, como Doug Engelbart (inventor del ratón) o Steve Jobs (fundador de Apple) disfrutaban del sexo, las drogas y el rock and roll. Ni el mismo Jobs niega sus “años de LSD”. ¿Esto es una prueba de que esta droga impulsó el desarrollo de la industria que hoy vemos en Silicon Valley? Markoff cree que sí. Para el periodista, todo comenzó allá por 1960 en una zona de unos 8 kilómetros de extensión alrededor de una mítica librería llamada Kepler Bookstore, cercana a la Universidad de Stanford y al Palo Alto Research Center (PARC) de Xerox, dos instituciones fundamentales para la historia de la informática, en las que se incubaron conceptos claves que hoy utilizamos a diario.
Para quienes participaban de estos movimientos de paz y amor, la experimentación con LSD tenía como objetivo “aumentar” la mente humana. Fred Moore, un pacifista que lideró varios movimientos de protesta contra la guerra de Vietnam, fundó más tarde el Homebrew Computer Club con la misión de compartir los programas informáticos y la información en general. ¿Fue el LSD lo que “convirtió” a Moore en un defensor de la libertad de la información, o se trata de una simple coincidencia? Podría ser que no exista ninguna relación entre ambas cosas. Es posible que el hecho de que un puñado de personas hayan utilizado LSD (o cualquier otra sustancia) como parte de su vida en aquella época y hayan participado de la revolución de Silicón Valley no sea más que una casualidad.
Es muy posible que de los cientos de aficionados, ingenieros y verdaderos genios innovadores que crearon software y hardware en el norte de California solo algunos hayan “ampliado su mente” mediante químicos. No existen estadísticas al respecto, pero seguramente fueron más los que usaban ropa interior de color beige que los que consumían LSD, y no por eso podemos afirmar que tal costumbre hizo posible Silicon Valley. ¿Usar LSD los convirtió en lo que fueron, o simplemente algunas personas creativas en el valle usaron drogas? Por ejemplo, es difícil imaginar el nacimiento de Apple sin la participación de Steve Wozniak (quien en realidad hizo todo el trabajo de diseño del primer ordenador de la empresa), y como el mismo dice “yo más bien seguía la corriente dominante, con los pies en el suelo, sin tomar drogas y todo eso”, por lo que relacionar una cosa con la otra puede ser un poco aventurado.
Es innegable que la actual cultura del “software libre” o el movimiento “open source” les deben mucho a los hippies de 1960. Existe una relación entre el pensamiento de aquellos idealistas y la “guerra” que enfrenta a las empresas discográficas con quienes comparten ficheros por la red. El enfrentamiento existente entre Windows y Linux existe solamente porque alguien se atrevió a pensar que podría existir un sistema operativo libre, que no costase un ojo de la cara y que no dependiese de los intereses de una multinacional. En ese aspecto, la cultura hippie que asociamos al LSD ha influido en la industria. Pero afirmar que esta sustancia hizo posible a Silicon Valley es algo muy diferente. ¿Qué te parece?