Lisandro Pardo
Vista, gusto, oído, olfato y tacto. Por lejos, son los cinco sentidos más populares y nombrados, que nos ayudan a percibir el mundo de una manera muy particular. Sin embargo, todos aquellos que los identifican como «los únicos sentidos» caen en un error técnico. Los expertos coinciden en que el ser humano posee al menos cuatro sentidos adicionales, con roles muy bien definidos.
Algunas fuentes sugieren que el modelo clásico de los cinco sentidos se remonta al poema «Cursor Mundi» del año 1.300, que a su vez se relaciona con los «cinco elementos» de Aristóteles, de modo tal que la vista viene del fuego, el oído del éter, el olfato del aire, el gusto del agua, y el tacto de la tierra. Esto se vio expandido en la Edad Media con la inclusión de los «cinco ingenios», usualmente identificados como sentido común, imaginación, fantasía, instinto y memoria. El problema es que esas interpretaciones antiguas no resisten el rigor científico moderno. El ser humano tiene más de cinco sentidos, y hoy vamos a explorarlos:
Los otros sentidos de los humanos
El primero de ellos es la propiocepción, que alcanza al conocimiento de nuestro cuerpo y la situación de cada una de sus partes. ¿Recuerdas esa clásica escena en series y películas donde un policía le pide a una persona ebria que cierre los ojos y se toque la nariz? El objetivo es evaluar su propiocepción, ya que el alcohol interfiere con ese sentido.
Después aparecen dos sentidos muy relacionados: Termorrecepción y nocicepción. El primero nos ayuda a percibir temperaturas y sus diferencias, y se divide en dos tipos de receptores o sensores (frío y calor). El vídeo indica que estos receptores funcionan dentro de un umbral específico (entre 20 y 40 grados Celsius), mientras que el resto de las temperaturas son interpretadas en mayor o menor medida como dolor… lo que nos lleva a la nocicepción. Los tipos de receptores para percibir el dolor son tres: Cutáneo, somático, y visceral.
Finalmente llegamos al muy importante sentido del equilibrio, y encontramos referencias adicionales como la sensación de hambre, y el paso del tiempo. La ciencia continúa con su trabajo buscando nuevos sentidos, entendiendo mejor los ya existentes, y por qué no, reclasificar a otros de modo diferente, pero una cosa es segura: La estructura tradicional de los cinco sentidos, es obsoleta.
