El conflicto entre Viacom y YouTube ya lleva varios años entre nosotros. En febrero de 2007, Viacom envió más de cien mil notificaciones demandando la quita de vídeos con copyright cargados en YouTube. Un mes después, Viacom presentó una demanda contra el sitio de vídeos por una suma de mil millones de dólares, en relación con aproximadamente ciento sesenta mil vídeos publicados en YouTube que son propiedad de Viacom, y que fueron reproducidos más de mil quinientos millones de veces. Sin embargo, por más que las cosas parezcan estar a favor de Viacom, la defensa que presentó YouTube revela prácticas muy turbias por parte del conglomerado multimedia.
Desde el día de ayer, los documentos relacionados con el conflicto legal entre Viacom y YouTube se encuentran a disposición del público. YouTube ha tenido varios cruces por problemas de copyright desde su aparición en la red, pero su batalla con Viacom sobresale no solo por la cantidad de vídeos, sino también por el valor económico de la demanda: Mil millones de dólares. Los ciento sesenta mil vídeos que se encontraron de la noche a la mañana en el ojo de la tormenta representan una porción mínima en comparación con todos los vídeos disponibles en el sitio, pero de todas formas se trata de un número significativo. Aún así, los detalles de la operación de Viacom no parecen estar limitados a la demanda. De acuerdo a una reciente publicación en el blog de YouTube, Viacom utilizó a YouTube como plataforma y subió contenido secretamente, a través de no menos de dieciocho agencias de marketing.
Los vídeos fueron procesados y alterados de forma tal que entregaban la sensación de haber sido filtrados y robados. Se abrieron cuentas de YouTube asociadas a teléfonos móviles. Incluso se instruyó a empleados para que subieran vídeos desde ordenadores que no pudieran ser rastreados hasta Viacom. También se ignoraron deliberadamente algunos cortos publicados por usuarios comunes con el objetivo de promocionar sus programas y sus productos. En otras palabras, muchos de los vídeos que Viacom le demandó a YouTube que retirara del sitio, fueron de hecho subidos bajo órdenes de Viacom. De esta forma, Viacom pretende que YouTube determine qué vídeos se encuentran autorizados para permanecer en el sitio, y qué vídeos no deben aparecer allí, cuando es Viacom quien debería encargarse de eso.
Como si eso fuera poco, la investigación también reveló que Viacom intentó comprar a YouTube en reiteradas ocasiones, y trató de convencer al juez de que en realidad, YouTube era un equivalente a Napster o incluso el difunto Grokster. Con estas declaraciones, si al final son tomadas en cuenta por el juez, casi se podría decir que el destino de la demanda está sellado. Viacom utilizó furtivamente a la plataforma que acusa de violación de copyright con objetivos publicitarios, intentó realizar comprar hostiles de la misma, y además cayó en el error técnico de comparar un sitio de vídeos accesibles vía streaming con un sistema de intercambio de archivos. A simple vista parece un caso de "tierra arrasada". Si Viacom no puede comprar a YouTube, buscará la forma de afectar sus operaciones. Y aunque una demanda de mil millones de dólares parezca un método efectivo para ello, lo cierto es que ahora, el panorama es completamente diferente para Viacom.