El próximo 11 de marzo se cumplirán ocho años del desastre nuclear de Fukushima. Los responsables del proceso de limpieza sugieren que el esfuerzo tomará entre 30 y 40 años, o sea que una generación entera de trabajadores no podrá ver el trabajo terminado. La única gran carta es la de los robots, especialmente diseñados para resistir el hostil entorno radiactivo y navegar a través de los escombros. La gente de CNET publicó un informe especial sobre el estado actual de Fukushima, y compartió una serie de imágenes con robots activos y en desarrollo.
El robot Scorpion creado por Toshiba ingresó al reactor número 2 de la planta nuclear de Fukushima en febrero de 2017. Su misión (programada en diez horas) era medir los niveles de radiación y la temperatura, además de obtener imágenes con una cámara especial instalada en su «cola». Sin embargo, un obstáculo mayor de metal derretido le impidió avanzar, y dejó de funcionar en apenas dos horas. Toshiba necesitó dos años y medio para desarrollar al Scorpion, y su falla es un ejemplo contundente de las dificultades que las autoridades deben (y deberán) enfrentar en el proceso de limpieza.
El informe «Fixing Fukushima» publicado por CNET se encuentra dividido en varias entregas, y una de ellas explora el valor práctico de la realidad virtual aplicada al análisis y la contención del desastre, un contraste muy interesante frente a lo que hoy podemos llamar fracaso comercial. Aún así, todo gira alrededor de los robots, con sus éxitos, y especialmente sus fracasos. El factor de imprevisibilidad de los escombros anula casi toda posibilidad de funcionamiento autónomo, por lo tanto, los robots deben ser controlados en forma remota, pero con varias fallas encadenadas, no faltan críticos que acusan a TEPCO de perder tiempo y dinero.
Toshiba cortó su racha negativa en julio de 2017 gracias al éxito de su Sunfish, y la detección de combustible fundido en el reactor. El Centro Naraha de investigación y desarrollo con un valor de 100 millones de dólares creado cerca de la planta esencialmente confirma que el plan es seguir redoblando la apuesta en los robots controlados a distancia. Sólo podemos desearles éxito, pero llegar a una contención efectiva tomará mucho, mucho tiempo…
Fuente: CNET
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Los primeros robots demostraron ser inservibles a la hora de enfrentar semejante desastre nuclear (James Martin/CNET)
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La radiación destruye componentes y daña circuitos con facilidad. Los robots debían ser «menos sofisticados» (James Martin/CNET)
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El Centro Naraha sirve como zona de prueba e «incubadora» para la próxima generación de robots (James Martin/CNET)
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Japón siempre priorizó la automatización de sus robots, pero Fukushima reescribió las reglas (James Martin/CNET)
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Dos unidades «PackBot» de Endeavor Robotics. Puede subir por superficies a 45 grados, y operar bajo un metro de agua. (James Martin/CNET)
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La necesidad es la madre de la invención, y eso ha convertido a la región en un centro de innovación robótica (James Martin/CNET)
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El primer robot en Fukushima fue desarrollado por el Chiba Institute of Technology (James Martin/CNET)
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Las autoridades quieren que los robots vayan más allá de la limpieza, y ayuden a revitalizar la región (James Martin/CNET)
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Todo pasa por el Centro Naraha, a cargo de la Agencia de Energía Atómica de Japón (James Martin/CNET)
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