El efecto COVID-19 ha tomado al mundo por asalto. Países enteros en lockdown, la economía colapsada, eventos públicos y deportivos suspendidos. Mientras que las autoridades y los medios comparten advertencias y recomendaciones hasta el cansancio, algunos se preguntan cómo sigue la situación en Wuhan, donde todo comenzó. La ciudad se mantiene virtualmente paralizada, salvo por una excepción: Los repartidores. Millones de personas, desde mayores enfermos hasta doctores en hospitales esperando medicinas, dependen de estos hombres que salen a la calle en sus motos, chequeando su temperatura varias veces al día, y manipulando docenas de paquetes por ronda…
COVID-19 es una pandemia. Más de 80.000 casos en China, otros 12.400 en Italia, 10.000 en Irán, 2.200 en Francia y España respectivamente… la lista sigue. El mapa que muestra la evolución del virus es una verdadera marea roja, y en muchos países, la estrategia principal básicamente se reduce a esperar que llegue la primavera. Y eso instala una pregunta: ¿Qué está pasando en China? ¿Cómo sobrevive la gente en el epicentro de la enfermedad?
Se queda en casa, obedece a las autoridades (que han impuesto medidas extremas), y depende de los repartidores. La principal actividad en las calles de Wuhan se reduce a motocicletas y motonetas que cortan el silencio con sus motores. Frutas y verduras frescas, alimentos secos, y hasta insumos médicos para hospitales son entregados por los repartidores.
De acuerdo con Qin Jun, director del Departamento de Comercio de Hubei, las plataformas de e-commerce están procesando 22 mil órdenes diarias en promedio, y moviendo más de 1.300 toneladas de mercadería. La compañía de logística JD Logistics confirmó que necesitará 20.000 trabajadores adicionales para responder a la demanda durante la epidemia. Mientras tanto, los repartidores enfrentan al maldito virus con protección, múltiples chequeos de temperatura por día, y duros turnos de doce horas diarias sobre sus motos…
(N. del R.: El fotógrafo identificado como «Stringer» pidió mantener su verdadera identidad en secreto por miedo a represalias)
Fuente: NPR