Kinsasa, la capital de la República Democrática del Congo, era una ciudad más víctima del caos vehicular, pero desde la aparición de los policías robots que dirigen el tránsito las cosas fueron cambiando. Y ahora se sumaron nuevos y mejores modelos para monitorear las principales carreteras del país, facilitando aún más las cosas.
Lo primero que nos imaginamos cuando leímos sobre los robots policías fue una especie de RoboCop tal y como Paul Verhoeven nos presentó en su película homónima. Nada más lejos de la realidad, sobre todo al ver como desde hace un año los robots están siendo utilizados como policías de tránsito en la República Democrática del Congo. Los mismos fueron diseñados a partir de un proyecto por parte de las autoridades para reducir los accidentes de tránsito en Kinsasa, capital del Congo. Junto a los dos robots ya instalados se añadieron tres nuevos modelos para ayudar a controlar el tránsito.
Es sabido que Kinsasa es una ciudad más víctima del caos vehicular, a los cuales se le suman los problemas de corrupción entre las fuerzas de seguridad. Para evitar este tipo de problemas los cinco robots policías están vigilando las carreteras, detectando cualquier infracción. Diseñados con un enorme tamaño, estos robots utilizan paneles solares como energía que les permite funcionar durante todo el día sin interrupciones. Los brazos están equipados con luces verdes y rojas que funcionan como semáforos para dirigir el tránsito en la extensa ciudad donde habitan nueve millones de personas.
Las cámaras además de registrar infracciones pueden tomar y enviar imágenes a la estación de policía, en caso de que algún conductor presente inconvenientes. Los tres nuevos robots cuentan con mejoras que les permiten reaccionar más rápido que los modelos antiguos, e incluso tienen nombres: Tamuke, Mwaluke y Kisanga. Estos tres modelos fueron creados por una asociación congoleña de mujeres ingenieras, y cada uno de ellos cuesta $27.500 dólares. Por lo pronto cinco robots ya han sido enviados a la provincia de Katanga en el sureste del país, mientras se espera un arreglo para añadir treinta robots más para vigilar las principales carreteras del Congo.
