La exitosa misión de la Phoenix Mars Lander ha llegado a su fin, y a pesar de que hay varios ingenios de la NASA dando vueltas por el Sistema Solar, la agencia espacial no quiere desaprovechar el momento de gloria que está viviendo. Los ingenieros ya han comenzado a planificar las futuras misiones, que incluyen el envío de un robot a Júpiter y el desarrollo de un poderoso cohete de carga.
Durante años, la NASA ha tenido que luchar duro para conseguir cada centavo de su presupuesto. De hecho, muchas misiones han sido canceladas o postergadas (a veces para siempre) durante las últimas décadas. Pero parece que las misiones que emplean pequeños robots han sacado a la agencia espacial de entre las sombras, y sus administradores están dispuestos a sacar todo el jugo posible a esta situación.
El éxito obtenido por la Phoenix Mars Lander ha demostrado que se pueden hacer grandes cosas sin gastar una tonelada de dólares, así que los ingenieros están desarrollando misiones robóticas a otros puntos del Sistema solar. Por ejemplo, ya se ha puesto en marcha de forma oficial el lanzamiento de la misión llamada "Juno", destinada a poner una nave en órbita alrededor del gigantesco Júpiter. Será la primera vez que un ingenio humano se coloque en una órbita elíptica en torno a ese planeta. Juno deberá recoger datos que ayuden a los científicos a comprender la formación, evolución y la estructura del planeta.
Para ello, el robot estará dotado de una cámara y otros nueve instrumentos cientificos capaces de observar los secretos del planeta más grande del Sistema, a través de la densa capa de nubes que lo cubre. Júpiter, que tiene dos veces y media la masa de todos los demás planetas juntos "es el arquetipo de los planetas gigantes de nuestro sistema solar y se formó muy pronto, capturando la mayor parte del material disponible tras la formación del Sol", dice Scott Bolton, que será uno de los encargados de operar la nave.
"Juno" dejará nuestro planeta a bordo de un cohete Atlas en agosto de 2011. Será lanzado desde el Centro Espacial Kennedy y llegará a Júpiter en 2016. La misión tendrá una duración de un año (además del tiempo del viaje), plazo en el cual Juno completará 32 órbitas a una distancia de unos 4.800 kilómetros sobre la atmósfera del planeta. A pesar de la distancia que lo separa del Sol (unos 650 millones de kilómetros), el robot obtendrá su energía del mismo.
Ares V
Como todos sabemos, las lanzaderas espaciales se acercan al final de su vida útil. La NASA planea retirarlas del servicio y sustituirlas por una nueva generación de cohetes dentro de pocos años. Los candidatos más firmes son el Ares I y el Ares V. El Ares I es el más pequeño y de menor potencia, y se utilizará principalmente para el lanzamiento de satélites y naves orbitales, mientras que el Ares V, de mucho mayor porte, será el encargado de lanzar al espacio los objetos más grandes y pesados, como las naves con destino a la Luna.
"Ares V podrá enviar al espacio cargas que, debido a su volumen o masa, no se puedan manejar de otra manera", afirma Philip Stahl, un ingeniero del Centro Marshall para Vuelos Espaciales, de la NASA. Entre los usos más probables se incluyen las misiones a la Luna planificadas para el 2019 y el lanzamiento de grandes telescopios espaciales. Es que Ares V podrá colocar casi 130.000 Kg. en órbita baja alrededor de la Tierra. Su bodega tiene espacio suficiente como para transportar espejos primarios de telescopios más de 8 metros de ancho. Recordemos que el espejo del Telescopio Espacial Hubble, por ejemplo, solo mide 2,4 metros de diámetro.
Como puede verse, los chicos de la NASA tienen trabajo suficiente como para mantenerse entretenidos durante los próximos años. Si todo sale como con Phoenix (aunque sin los problemas con los hackers), obtendremos mucha información interesante sobre el espacio que nos rodea.