Ha sucedido miles de veces y seguirá pasando otras tantas al infinito, al menos mientras exista una industria detrás. Y es que hacer un videojuego es un proyecto colosal, en el que muchas cosas pueden salir mal. Empresas que cierran, juegos completos que no superan el nivel de calidad requerido, prototipos que fueron abandonados inconclusos por alguna u otra razón, licenciatarios que retiran los derechos de sus propiedades, son algunas de las razones. De eso se trata este artículo, de juegos de Sega Genesis cancelados y de sus respectivos ROMs para descargar, jugar y escandalizarse.
Ya lo hicimos con los juegos cancelados de Nintendo NES. ¿Por qué no intentarlo con los de Sega Genesis? ¡Así que aquí vamos! En este informe, encontrarás los mejores juegos cancelados de Genesis con ROMs disponibles para experimentarlos en carne propia. Afuera quedaron los peores juegos, que puedes descargar de pura curiosidad en este enlace, así como aquellos que se conocen pero que no cuentan con ROMs para jugar. Los juegos seleccionados de esta lista los puedes descargar aquí. Para jugarlos, necesitarás un buen emulador de Sega Genesis, como Gens o Kega Fusion. Eso sí, te advierto, que estos sean los mejores no implica que alguno sea verdaderamente bueno. La verdad es que, en su mayoría, fueron debidamente archivados, y a diferencia de muchos de los juegos de Nintendo NES.
The Itchy & Scratchy Game
Quien haya jugado The Simpsons: Bart’s Nightmare podrá saber, más o menos, qué esperar de este derivado. Es un juego de plataformas, como el 90% de los juegos de la época. Itchy (el ratón) es la estrella del show, y todos los niveles y enemigos, de alguna forma o de otra, están basados en los pequeños clips que podemos ver en la serie de Los Simpsons. El enemigo principal, que todo el tiempo sigue a Itchy, es Scratchy (el gato). Lo podemos “matar”, pero a los poquísimos segundos vuelve, lo cual lo hace muy pero muy molesto. Por desgracia, The Itchy & Scratchy Game es de esos juegos en los que el personaje es demasiado grande y va demasiado rápido, por tanto es difícil ver los peligros que vienen por todos lados y siempre terminamos llevándonos algo por delante. La versión de Sega Genesis nunca fue lanzada, aunque el mismo juego existe para SNES (también existe una versión para Sega Game Gear con gráficos más feos y jugabilidad simplificada).
Baby’s Day Out
Si uno le busca la vuelta, se puede decir que Baby’s Day Out es una fiel adaptación de la película homónima, esa en la que un bebé es raptado por los mafiosos de turno, para luego escaparse y sobrevivir milagrosamente a todos los peligros de la gran ciudad. Porque ante el desafío de trasladar el filme al mundo de los videojuegos, lo más fácil hubiese sido hacer un juego de plataformas, estilo Baby Jo, de Amiga. Pero ese no fue el camino que siguieron los desarrolladores de Baby’s Day Out, no. ¡Es que parece que ese bebé tiene un dios aparte! ¿¡Cómo es posible que todo le salga tan bien!? Y ahí es dónde los diseñadores del juego pusieron el foco. El bebé de la película sobrevive porque tiene un ángel de la guarda que, al mejor estilo Lemmings, lo va guiando por los niveles. ¡Y ese ángel de la guarda eres tú! Por cada nivel tienes una cantidad de tiempo límite, para llevar al bebito a la salida, sin que nadie ni nada lo dañe. Baby’s Day Out está completo, y es solo apto para quién esté interesado en su extraña premisa.
Stone Protectors
Posiblemente el mejor juego de la lista, pero igual pura basura de los 90s. Está basado en la serie de dibujos animados homónima, que trata sobre unos duendes musculosos que luchan contra unos batracios malos, en la vena de todas las series similares que se hacían pura y exclusivamente para venderle muñequitos y juguetes a los niños. Stone Protectors es un beat’em up al estilo Street of Rage, salvando las diferencias, en el que puedes elegir uno entre cinco personajes jugables, para superar 10 niveles de puro y entretenido bodrio. El juego no está del todo mal, pero es tonto y repetitivo, y habiendo tantas mejores opciones no veo por qué alguien querría jugarlo.
Fido Dido
Fido Dido fue la mascota de 7up durante los años 80s y principios de los 90s, hasta que finalmente fue reemplazado por Cool Spot (la manchita del logo de 7up pero con anteojos de sol y mejor actitud). Y su juego da tanta verguenza ajena como el intento corporativo de PepsiCo por apelar al mercado joven. Es un horroroso intento fallido en diseño de juegos, sin pies ni cabeza. Es un plataformero, pero con elementos que lo hacen demasiado genérico y redundante y con ciertas mecánicas de juego que son incomprensibles. Es posible que si fuiste niño en los 90s lo hayas jugado en cartucho, pero eso porque alguien lo enlató de manera ilegal y lo vendió haciéndolo pasar por original. El juego nunca fue lanzado comercialmente porque Kaneko (empresa desarrolladora), cerró su rama en Estados Unidos antes de su estreno.
Davis Cup 2
Nada especial, un juego de tenis basado en la Copa Davis, que tiene varias opciones y modos de juego. Solo contra el ordenador o contra un amigo, dobles con compañero humano o controlado por el juego o dobles contra otro humano. Como suelen tener todos estos juegos hay modo exhibición, torneo o entrenamiento. El juego es bastante difícil y, sinceramente, en nada se diferencia de muchos otros similares. Un copia y pega sin pena ni gloria, pero que sirve para viciar con algún amigo un domingo por la tarde.
Jim Power – The Arcade Game
Uno de saltos y disparos que podría haber sido bueno, y que al principio parece serlo, pero que cuenta con decisiones de diseño que lo rompen por completo. Primero y principal, es uno de esos juegos en los que te matan con un solo golpe. Cualquier cosa que te toque, es letal. ¡Incluso gotas de agua que caen del techo! Ese no sería demasiado problema si no fuera porque los enemigos aparecen en escena demasiado rápido, y muchas veces detrás del escenario, y son imposibles de esquivar. Para superarlo, debes ir despacito, parando cada tanto, para que los malos no se estrellen contra tu personaje. Una lástima, pues podría haber sido un juego interesante. Cuenta con una versión de PC que sí fue lanzada y, como es una beta, tiene la misma pista musical durante todos los niveles, aunque se puede completar si tienes la paciencia suficiente.
Wacky Races
Si Super Mario Kart hubiese tenido un hijo bastardo y deforme, ese sería Wacky Races. Aunque, nobleza obliga, al principio del juego se nos avisa que esta es solo una demo. ¡Pero incluso así! ¡La idea estaba buenísima! Me hubiese encantado que funcionara, pero no. Wacky Races está basado en el dibujo animado del mismo nombre, donde un montón de alocados pilotos intentarán llegar a la meta antes que sus rivales, con Patán y Pier Nodoyuna haciendo de las suyas. Puedes elegir cualquiera de los coches de la serie, pero al final de cuentas no importará para nada porque lo sacarás a los pocos segundos de comenzada la acción. Una verdadera lástima.
Lobo
¡Ocean lo hace de nuevo! ¡Que empresa más aborrecible! Porque no contenta con arruinar las conversiones al mundo de los videojuegos de licencias tan geniales como RoboCop, Batman, Darkman, Total Recall, The Terminator y Rambo, entre muchas otras, también se metió con Lobo, el cómic de DC del último czarniano, y el resultado fue tan vomitivo que ni se animaron a publicarlo. Lobo, para Sega Genesis, iba a ser un juego de pelea versus a lo Mortal Kombat y con gráficos prerenderizados a lo Donkey Kong Country, pero no dio en la talla ni del género, ni en la de su personaje. Santa Claus hace su aparición al principio, para finalizar con un enfrentamiento con Dox, el jefe del mayor asesino de la galaxia.
Mr. Nutz – Hoppin’ Mad
Otro patético intento de emular a Sonic, pero esta vez con una ardilla con actitud de los noventas. ¡Cómo si no sobraran clones de Sonic! Mr. Nutz – Hoppin’ Mad se divide en dos partes. Por un lado, debes ir encontrando tu camino por un mapa al estilo The Legend of Zelda (pero mucho más simplón); y por el otro (al entrar en los niveles) llega la parte de plataformas, con Sonic como objeto de inspiración a la cabeza. La parte del mapa es bastante mala y parece más una forma de alargar el juego que de entregar diversión real. La parte de las plataformas es de lo más genérica y un tanto mal diseñada. Muchas nueces y poco ruido.
Flash Point
Un divertida, aunque simple, variante de Tetris. Para ganar cada nivel de Flash Point debes eliminar todos los bloques luminosos del tablero, formando líneas con ellos. Esta pequeña modificación cambia por completo la estrategia del clásico de Alexey Pajitnov, y nos enfrenta de nuevo ante la amenaza de los tetraedros pero de una forma completamente diferente. Eso sí, la música es horrenda, repetitiva y chillosa, muy alejada a los pegadizos ritmos rusos del juego original. Flash Point es interesante, pero no se despega nunca de la sombra del objeto de su inspiración. Solo para pasar el rato.
Jelly Boy
¡El juego del Niño Gelatina! Un plataformero que me recuerda a James Pond (el juego del pez espía que se alarga), pero que tiene varias cosas que lo diferencian. Para comenzar, como este chico está hecho de gelatina, puede adoptar todo tipo de formas, que le serán útiles para superar los niveles y acabar con los malos. Es un juego del montón, nada especial, que goza de versiones oficiales para SNES y GB pero no de Sega Genesis, pues fue cancelada por el pobre desempeño del juego en esas otras consolas.
The Revenge of Fu Manchu
Creer o reventar, The Revenge of Fu Manchu es un clon (de inferior calidad) de Zombies Ate My Neighbors, el super clásico de LucasArts Games. Es la misma interfase, el mismo objetivo y el mismo estilo de juego. ¡Si hasta tiene el mismo radar! Eso sí, en vez de zombies y otras monstruosidades clase B, hay bichos de la mitología china y en vez de vecinos occidentales hay vecinos chinos haciendo cosas de chino. No es una copia exacta, pues los niveles tienen otros diseños y los enemigos se comportan de manera diferente, así que hasta te puede entrener por un ratito, aunque sea para ir viendo las diferencias entre ambos juegos.
¡Eso es todo, amigo! La próxima nos pondremos a jugar los juegos cancelados de Super Nintendo, para no perder la costumbre.
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