Todos sabemos que la privacidad en la era de Internet ha quedado muy devaluada, y que terminamos compartiendo mucha más información de la que imaginamos. Pero a todo eso se suma algo muy preocupante, y es la extrema miniaturización que alcanzaron las cámaras ocultas, además de la posibilidad de transmitir en tiempo real y de forma inalámbrica a la Web. A continuación vamos a compartir una galería de lugares y dispositivos en los que una cámara oculta puede funcionar sin estorbos, y a explicar por qué son un problema serio en algunas regiones.
Una persona puede instalar cámaras ocultas para reforzar la seguridad de su propiedad, y por extensión, su seguridad personal. En el pasado he escuchado sobre casos de violencia de género que fueron confirmados con cámaras ocultas, pero la moneda tiene dos caras, y eso nos lleva al territorio de la extorsión, el chantaje y la amenaza. Baños públicos, probadores de ropa, casas alquiladas y albergues transitorios (léase «moteles») son algunos de los lugares que más incidencias registran en materia de cámaras ocultas. Un ejemplo mediático es el de Corea del Sur, donde su instalación parece estar casi fuera de control, a un extremo tal que ya se ofrecen servicios especiales de detección para limpiar una habitación de hotel, un baño público o una sala de conferencias:
Lógicamente, este grave problema también se ve reflejado en Twitter, donde los usuarios comparten sus descubrimientos. Si alguien se pregunta «por qué sucede esto», la respuesta número uno no es otra más que «dinero». Las grabaciones son publicadas y comercializadas en línea, y lo mismo sucede con aquellas cámaras que poseen capacidad de streaming. ¿Te interesa saber en dónde podría estar una cámara oculta? Estos ejemplos ofrecen un buen punto de partida…
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