Ah, el asombroso mundo de los juegos piratas de NES. ¿En qué otro lugar se pudo ver a Mario luchando a puro golpes de puño contra el erizo de Sega? ¿Quiénes otros que los piratas nos podrían haber traído joyas como Tekken y Mortal Kombat a un sistema de 8 bits? ¿De qué otra forma podríamos haber tenido 999 juegos en 1 cartucho? Sube, vamos, ¡que zarpa el barco! Nos adentraremos a un mundo infame, oscuro y peligroso. Y sujétate fuerte, ¡esta es una historia de piratas!
El comienzo de la historia
Era el fin de los tiempos. Todo parecía estar perdido. La gente estaba cansada. Ya no podía más. ¡Basta!, habían dicho. ¡Basta ya de juegos mediocres! Pero nadie les había escuchado. Y así, la bronca se transformó en apatía, y la apatía devoró el entusiasmo. La industria se derrumbó. Caía el año 1983 y yo escuché el impacto desde el otro lado del mundo. Se le llamó “La quiebra del 83” y fue un momento decisivo en la historia de los juegos. Decenas de empresas se presentaron en bancarrota, Atari estaba en ruinas, los programadores se paraban en las calles con carteles “Desarrollo juegos por comida”.
Todo muy triste, sí. Pero a nadie le importaba, porque el E.T.: The Extra-Terrestrial para Atari 2600 había sido la gota que colmó el vaso. ¿Quién podrá ayudarnos?, se preguntaban todos. ¿Quién podrá desarrollar una consola barata y divertida?, se susurraban al oído. ¿Quién será capaz de desarrollar y licenciar los mejores juegos del momento (y venderlos por un precio módico)?, se escuchaba en cada esquina. Y, finalmente, como sucede con todas las preguntas oportunas, todo quedó claro. Nintendo era el elegido. ¡Alabado sea Nintendo y su Famicom! ¡Alabado sea Nintendo y su NES!
El ataque de los clones piratas chinos
Nintendo gobernó el mundo durante mucho tiempo. Con un puño férreo pero paternal, asegurando calidad y contenido para toda la familia. Pero había algunos que complotaban en las sombras, ¡oh, esos malvados! Buscaban colgarse de su gloria, satisfacer su ambición engullendo las migas que el gigante dejaba caer. Se los conoció como piratas, ¡piratas chinos, nada menos! ¡Jaaal!
999 desilusiones
Pero el verdadero ataque de los piratas comenzó a los pocos años. Para 1988 más de la mitad del mundo tenía una de sus consolas (alguno de los tantos clones de NES y Famicom que salieron) y era hora de comenzar sus propios grupos de desarrollo. Sí, ¡piratas chinos haciendo juegos! ¡Jaaal! Esa, amigos, fue una era infame. Entusiasmados comprábamos juegos que prometían 999 en 1, y nos llevábamos 999 niveles repetidos de Contra o, lo que era peor, 999 niveles repetidos de Arctic Adventure. 999 montañas de Ice Climbers, 999 niveles de Mario, 999 niveles de Tank City (¡con lo divertido que era!), y así.
Moneda tras moneda, peso tras peso, euro tras euro, se iban por el drenaje haciendo apuestas con el destino. ¿Lo puedo probar antes? No, decían. ¿Es cierto que tiene 999 juegos? Sí, contestaban. ¿Es usted un pirata de confianza? Jaaaaal, gruñían. Y yo les creía, porque los piratas siempre me cayeron fantástico. Compraba el juego y… 999 niveles de Ms. Pac-Man. ¡Iupi! Al tiempo, todos aprendimos que teníamos que desconfiar de los 999 y satisfacernos con los 6 en 1 o 4 en 1 (que solían ser excelentes recopilaciones). Pero lo mejor faltaba por venir…
La era dorada de la piratería
Para principios de 1990, y con el transcurso de los años, poco a poco, de entre las bateas de nuestro dealer de confianza se comenzaron a asomar extrañas y curiosas alteraciones en el espacio/tiempo. ¿Un juego de Sonic para la consola de Mario? ¿En qué extraño universo paralelo estaré habitando? ¿Seré el gato? ¿¡Qué demonios está pasando!? Pero nadie nos lo explicaba. Veíamos un Kart Fighter y no podíamos entender cómo había un juego en donde los personajes de Nintendo se mataran a trompadas, como si de un Mortal Kombat se tratara. ¿Super Mario 16? ¡Pero si es igual a Joe & Mac, solo que con Mario! Los piratas chinos, esos malditos piratas chinos. Jaaaaaal. Mira, estos son algunas de sus creaciones más logradas. Gente con recursos, sin dudas.
Mortal Kombat
Con varias versiones en su haber, casi todas las copias piratas de Mortal Kombat le deben su existencia al juego original para Game Boy, que fue adaptado sin ninguna contemplación hacia la calidad final. Ninguna de las diferentes versiones fueron dignas de nuestro tiempo y paciencia: los controles estaban rotísimos, la física era pésima y no había ningún tipo de estrategia interesante, más que aplastar los botones y rogar por lo mejor. Sin embargo, y no me pregunten por qué, jugar Mortal Kombat en nuestro clon de NES tenía el sabor de la blasfemia, y por eso algunas personas lo disfrutamos tanto.
Eso sí, Mortal Kombat Trilogy fue una de las cosas más tristes que me tocó ver en mi larga vida de videojugador. Mira, sino.
Kart Fighter
Si creían que Nintendo había inventado la pólvora con Super Smash Brothers, pues se equivocan. Los piratas chinos (jaaaaal), ya se les habían adelantado. Mucho tiempo antes ya habían enfrentado a las estrellas de Nintendo en un “violento” todo por el todo. Para ser un clon pirata descarado, la verdad que no estaba del todo mal (aunque era lento y limitado, ver a Mario matando a puñetazos a Peach era una locura para nerds). Entre los luchadores se podían encontrar: Mario, Luigi, Princess Peach, Yoshi, Bowser, Donkey Kong Junior, Koopa Troopa y Toad. Fight!
Street Fighter V Turbo 60
Y ya que estamos con juegos de pelea, vaya esta otra joya. Street Fighter V Turbo 60 fue el punto culmine de la licencia Street Fighter en NES. Pirateada hasta el hartazgo, la cantidad de adaptaciones y variantes de la serie de Capcom no tuvieron paralelo. Esta fue la mejor.
Toy Story
La versión para NES de Toy Story no fue todo lo mala que podrías imaginar. Una adaptación casi directa de la versión de Game Boy que, salvo por su extrema lentitud y unos controles poco sensibles, era bastante jugable y divertida. ¡Un punto para los piratas!
Super Donkey Kong
Si existía una versión de Game Boy, los piratas chinos podían hacerla realidad en NES. Esa era la ley. Por eso, la serie Donkey Kong Country no le hizo asco a los 8 bits. Uno de los juegos más taquilleros de SNES, ¿cómo iba a faltar en tu clon chino de confianza? El juego no estaba para nada mal, aunque no estaba exento de los problemas de velocidad presentes en casi todos los clones del estilo.
Hubo varias versiones de Super Donkey Kong para NES, una por cada juego de GB. Pero ni los juegos piratas estaban libres de piratería y esto fue lo que pasó. Pirata que roba a otro pirata…Game Boy, la salvación de los piratas
Como ha quedado claro, todo juego con renombre que salía para Game Boy era transformado a su equivalente para NES. Así fue como grandes luminarias como Aladdin, The Lion King y Earthworm Jim (entre otros) pasaron por la “consola de Nintendo”. Y la cosa no apestó tanto, no se podía esperar mucho de estos juegos, y sin embargo lograron trasladar la esencia y ofrecernos lo que esperábamos si no teníamos muchas espectativas. Nada más, ni nada menos.
Boggerman, una de piratas rusos
Al día de hoy me es un completo misterio cómo los piratas rusos (sí, estos eran rusos), lograron adaptar la versión de SNES de Boogerman a una consola totalmente diferente en su arquitectura. Pero lo lograron, y a pesar de que tiene múltiples fallas (como verás en el vídeo), se los debe premiar por el esfuerzo. Hasta donde yo sé (que no es mucho, porque la información es muy escasa) este es el único juego del navío ruso. Una verdadera lástima.
Sonic y sus múltiples caras
Jugar un juego de Sega en una consola de Nintendo era sacrílego, lo sabíamos y disfrutábamos ser parte del tabú. Los piratas lo sabían, y lo sabían muy bien. Tan bien que perdí la cuenta de la cantidad de juegos que tenían como protagonista a la mascota de Sega. Desafortunadamente, la decepción se hacía evidente a los segundos. El 99% de esas versiones eran de un juego diferente, al que se le había pegado los sprites de Sonic. ¿No me crees? Sonic en Adventure Island para el incrédulo. Y como ese, había decenas.
Pero no todos apestaron por completo. Sonic & Knuckles 5 fue una versión bastante decente de Sonic 3. Los que no tenían una Genesis debían (y podían) conformarse con esto. Un producto muy bien logrado, para ser pirata y 8 bits, claro.
El que nos tomó por sorpresa a todos fue Somari. Con un inocente e ingenuo juego de palabras (SOnic y MARIo) lo que lograron estos desconocidos desarrolladores fue obsceno. ¡Mario como protagonista de Sonic! Eso hubo que jugarlo…
Mario versus los piratas
Pero la cantidad de juegos piratas para NES con Sonic como protagonista palidecía ante la cantidad de las divertidas aberraciones que se cometieron en el nombre de Mario. La mascota de Nintendo fue prácticamente un okupa en casi todos los juegos de saltos que alguna vez salieron para NES. Estas versiones eran simples variantes de otros juegos, a los que se les imponía un Super Mario como héroe principal. Joe & Mac, Mc Kids, Tiny Toons, Yo! Noid y Chip & Dale: Rescue Rangers, entre muchos otros, todos cayeron víctima de los sprites alterados del fontanero de Nintendo.
Pero valió la pena, porque Mario protagonizó uno de los mejores juegos piratas de la era 8 bits y, vaya casualidad, ese fue Super Mario World, una “adaptación” (muy limitada y no directa) del original de Super Nintendo.
¿Windows 98 para NES?
A esta altura del artículo seguramente te estarás preguntando, ¿hubo algo que no haya sido pirateado para NES? Pues se me ocurren pocas cosas, realmente, porque la consola de 8 bits también fue anfitrión de Windows 98. Sí, leíste bien, Windows 98. No fue más que un divertimento, con el que no se podía hacer realmente nada. Pero que existió, existió.
Solo era el comienzo…
Para este momento, los piratas chinos, los rusos y de todas las nacionalidades habían ganado un lugar en nuestro corazón. Nos engañaron miles de veces, y los perdonamos miles de veces también. ¿Cómo enojarse con aquellos que pudieron ser tan impúdicos como para poner a Mario en un juego de Sonic? ¿O con los que se contentaron con un Goro enano, porque el sprite no les daba para nada más?
¿Puedes culpar de querer ganar dinero a los que sudaron para adaptar Boogerman a una consola de 8 bits? ¿Y no éramos presa de nuestra ambición si elegíamos 999 juegos al precio de uno? ¿Mario pateándole el trasero a Bowser? ¡Yo me anoto! Fue una era infame, sí, con títulos de pésima calidad y de aberraciones injugables. Pero la mayoría de nosotros fuimos cómplices conscientes. Porque, por sobre todo, sabíamos que era el comienzo de una hermosa amistad. ¡JAAAAAR!