Lisandro Pardo
Lo absurdo y lo ridículo también tiene un lugar especial dentro de la ciencia, el cual se celebra a través del premio Ig Nobel. Esta parodia de los «más serios» Nobel se entrega desde el año 1991, y su objetivo es claro: Ríe primero, piensa después. La entrega de premios, cuya ceremonia ya se puede ver completa en Internet, sucedió el pasado jueves, y entre los ganadores encontramos básicamente de todo, incluyendo la resistencia de los caballos blancos a los tábanos, y la «solución» por parte de Volkswagen a la contaminación.
Quien piense que los científicos no pueden reír o divertirse con su trabajo realmente necesita ver de cerca la entrega de los Ig Nobel. Si bien la gran mayoría de las investigaciones demandan la más absoluta seriedad y responsabilidad, con los Ig Nobel eso queda en la puerta del salón. Después de una rápida y simbólica apertura con la audiencia completa arrojando aviones de papel a un «dron humano», los Ig Nobel iniciaron su edición número 26. El proceso completo, que no supera la hora con 40 minutos de duración, está para observar en el vídeo más abajo, o en el enlace que dejaremos aquí (por si el embed deja de funcionar):
Los ganadores tuvieron apenas 60 segundos para agradecer el reconocimiento (de lo contrario, serían interrumpidos por «alarmas humanas»), pero aún así fueron varios, por lo tanto, hoy presentamos un resumen. Comenzando por el «Premio de Reproducción», los Ig Nobel declararon ganador al fallecido Ahmed Shafik del Departamento de Investigación y Cirugía de la Facultad de Medicina en la Universidad de El Cairo, quien publicó en mayo de 1992 un estudio sobre los efectos del poliéster, el algodón y la lana en la vida sexual de ratas y hombres adultos, o más específicamente, la supuesta capacidad de estos materiales para inducir azoospermia. El «Premio de Economía» quedó en manos de Mark Avis, Sarah Forbes y Shelagh Ferguson de las universidades de Birmingham, Otago y Massey, que evaluaron en 2013 y 2014 la personalidad de las rocas, desde un punto de vista enfocado en ventas y mercadotecnia. El «Premio de Física» fue para Gábor Horváth, Miklós Blahó, György Kriska, Ramón Hegedüs, Balázs Gerics, Róbert Farkas, Susanne Åkesson, Péter Malik, y Hansruedi Wildermuth, cuyo trabajo destaca la resistencia que tienen los caballos blancos a los tábanos, y la atracción fatal que sufren las libélulas con las lápidas de color negro.
El Ig Nobel de Química terminó en manos de Volkswagen, que por razones obvias no envió representantes a la ceremonia. De acuerdo a los jueces del Ig Nobel, el fabricante alemán «solucionó» el problema global de la contaminación causada por automóviles con un sistema automático y electromecánico que simplemente modifica los resultados cuando sus coches se encuentran en modo de prueba. El «Premio de Medicina» fue recibido por Christoph Helmchen, Carina Palzer, Thomas Münte, Silke Anders, y Andreas Sprenger, quienes publicaron en 2013 la capacidad de eliminar una picazón en el lado izquierdo de nuestro cuerpo usando un espejo y rascando el lado derecho, detalle que funciona en la dirección contraria. El «Premio de Biología» tuvo dos ganadores: En primer lugar, Charles Foster fue reconocido por haber vivido como un tejón, una nutria, un ciervo, un zorro y un pájaro, y en segundo lugar, el premio lo recibió Thomas Thwaites, quien creó prótesis especiales para vivir igual que un cabra en el campo. También publicó un libro al respecto, en caso de que estén interesados.
Finalmente, llegamos a los últimos cuatro premios. El Ig Nobel de Psicología fue para Evelyne Debey, Maarten De Schryver, Gordon D. Logan, Kristina Suchotzki, y Bruno Verschuere de las universidades de Ghent, Nashville, Amsterdam y Maastricht, por su estudio enfocado en preguntarle a mil mentirosos con cuánta frecuencia mienten… y luego decidir si aceptaban los resultados o no. El Ig Nobel de la Paz premió a Gordon Pennycook, James Allan Cheyne, Nathaniel Barr, Derek Koehler, y Jonathan Fugelsang por su amplio documento llamado «Recepción y Detección de Porquería Pseudo-Profunda». El «Premio de Literatura» quedó bajo control de Fredrik Sjöberg, quien presentó un trabajo autobiográfico de tres volúmenes en el que explica el placer de coleccionar moscas muertas… y moscas que no lo están del todo. Para cerrar, el «Premio a la Percepción» viaja a Japón, donde Atsuki Higashiyama y Kohei Adachi de la Universidad Ritsumeikan estudiaron las diferencias de tamaño y distancia que tienen algunos objetos cuando los observamos de cabeza, doblados y entre nuestras piernas. ¿Qué veremos el año entrante? Con esta gente, es imposible saberlo…
