No quedan dudas de que los leones están entre los animales más documentados del mundo, pero cantidad y calidad son dos cosas muy diferentes, y si hay una institución que entiende eso, es la National Geographic. Además de contar con fotógrafos profesionales de muy alto nivel, NatGeo ha incorporado una serie de robots y drones para capturar imágenes únicas de estos fabulosos felinos.
Obviamente, no es la primera vez que se utilizan robots con la idea de fotografiar animales, y eso también se aplica a los leones. Pero más allá de su magnificencia, lo cierto es que, de acuerdo a las palabras del fotógrafo Michael Nichols, existen muchas barreras que impiden obtener resultados interesantes. En primer lugar, los leones duermen durante casi todo el día, y gran parte de su actividad se desarrolla de noche. Sin embargo, el hecho de que estén en plena siesta no reduce para nada el potencial peligro. El león es un depredador, y no hay dudas de que reaccionará como tal si así lo requiere. Además de una cámara Canon modificada para trabajar con luz infrarroja, Nichols también utilizó un robot controlado a distancia. Más allá de las excelentes tomas que puede lograr con el robot, Nichols dio una razón bastante específica para su uso: Los animales salvajes detestan que se los vea desde arriba, y su intención era fotografiarlos desde el mismo nivel en el que se encuentran ellos.
Claro que, el proceso no fue sencillo. Además del inevitable “lag”, también sufrieron varios problemas con el WiFi (ni siquiera el Serengeti se salva). Junto al robot, se utilizó un dron MikroKopter, aunque Nichols no dudó en considerarlo inadecuado para la tarea, ya que genera mucho ruido y humo, que asustan a los leones. Uno de los leones incluso trató de atrapar al dron en el aire, pero en líneas generales, no se vieron intimidados por el objeto volador (al final, ninguna de las tomas hechas con el dron fue publicada en la revista). ¿Qué otra expresión de alta tecnología podría ayudar a capturar digitalmente a estos magníficos animales? Según Nichols, un coche eléctrico sería muy útil. Los motores de combustión interna hacen demasiado ruido, y si un león pierde una comida por un susto en el momento equivocado, puede estar jugándose la vida. Por supuesto, está el pequeño detalle de recargar las baterías en el medio del Serengeti…