España va dejando de ser un país de pandereta y de fútbol los domingos por la tarde. Una encuesta revela que los españoles tienen más interés por al ciencia y la tecnología que hace algunos años. La curiosidad por conocer los avances científicos se apodera de los habitantes de un país que nunca ha gustado demasiado de la información de este tipo. En Neoteo estamos encantados con la noticia, claro.
En España se hizo tristemente famosa una frase de Unamuno que, en respuesta a una pregunta sobre como potenciar el avance de la ciencia, dijo: “que investiguen otros”. Esa filosofía impregnó el país durante mucho tiempo, convirtiéndonos en una zona sin capacidad tecno-científica y a merced del potencial del resto de países que sí fomentaban la investigación. Aquí la gente apenas alcanzaba a interesarse por el fútbol, el cotilleo institucionalizado y poco más. Sin embargo, según la IV Encuesta Nacional de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología 2008 de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) las cosas están cambiando y las cifran arrojan unos resultados de lo más esperanzadores. Los españoles toman cada vez más interés por la ciencia y la tecnología siendo el perfil típico un hombre joven, con estudios universitarios y que vive en una ciudad con más de un millón de habitantes. Además, el porcentaje de personas que afirman no sentirse atraídos por la ciencia y la tecnología ha bajado desde el año 2006. Antaño rondaba el 36 % y ahora se sitúa en el 31 %.
La encuesta refleja un dato que la propia Neoteo confirma cuando se observan los comentarios: Los hombres con un 31.1 % muestran más del doble de interés que las mujeres, que apenas llegan al 6.1 %. Es una lástima que las chicas no les fascine tanto como a los chicos el interesante mundo tecno-científico. Por edades, los jóvenes entre 15 y 24 años son el estrato de usuarios más enganchado por los temas científicos. Otro punto triste que demuestra el estudio radica en el hecho de que cuando uno se va haciendo mayor, el interés decae.
Respecto de los temas que más valoran los ciudadanos se encuentran situados en el puesto 13º del ranking los relacionados con el mundo tecno-científico, por debajo de temas tan candentes terrorismo y seguidos de los sucesos, los viajes y el turismo, la prensa rosa, la astrología, la vivienda o la inmigración. La lista de preocupaciones por primera vez en la historia, la ciencia y la medicina ocupa el primer puesto con un 35.2 %, seguidas de los deportes, el empleo, la alimentación y el consumo, la economía y las empresas, la educación, el medio ambiente y la ecología, el arte y la cultura, la política, los temas sociales, el cine y los espectáculos. Se nota que la gente va tomando conciencia de que los avances tecnológicos y científicos pueden salvarle la vida o mejorar una enfermedad que hasta hacía poco no tenía cura. Conforme avanzan los tiempos, la medicina y la tecnociencia se van convirtiendo en la soñada panacea que esperamos nos cure y nos alivie del sufrimiento biológico. Para el daño espiritual tendremos que esperar algo más de tiempo, pero muchos no dudan que también se logrará. Por supuesto, la ciencia también comete errores, pero al menos se hace consciente de ellos y trata de resolverlos lo antes posible.
Por comunidades, los más interesados por la ciencia coinciden con las regiones de España más poderosas económicamente. Encabezando la lista nos encontramos con los catalanes (14,5%), madrileños (14,3%), vascos (13%), navarros (10,4%) y aragoneses (9,9%). En el vagón de cola aparecen los mismos de siempre: Murcia (3%), Asturias (5,5%), Extremadura (5,7%), Andalucía (6,2%) y Castilla y León (6,2%). Representan a las comunidades más pobres y menos desarrolladas del país, hecho que refleja claramente su desinterés por la ciencia y la tecnología.
La parte positiva de la noticia la representa el hecho de que a pesar de que aún existe poco interés por la ciencia comparado con otros países más avanzados, las cosas van mejorando poco a poco. Desde 2004 ha caído en un 20% el número de personas que piensan que su formación científica ha sido baja o muy baja (45,8 %) y aumenta el porcentaje de personas que consideran "normal" la educación científica y técnica recibida (45,4%).
A ver si esta tendencia se mantiene y España deja atrás su oscuro pasado como país enemigo de la ciencia y la tecnología. Las sociedades que se apoyan en el conocimiento científico se desarrollan más rápido y más profundamente que las que ignoran esta fuente de información tan poderosa, que no sólo contribuye a mejorar la calidad de vida de sus habitantes, sino que evoluciona la manera de pensar del conjunto y la hace más racional y preparada para enfrentarse a los problemas. Y quién sabe, quizá el camino hacia la felicidad.