Para nosotros, ingresar a Internet es cosa de todos los días. Cuando no tenemos acceso, nos cambia desde el humor hasta la forma de trabajar, pero lo cierto es que somos parte de una minoría. Gracias a un estudio con más de cien páginas realizado por McKinsey & Company, el número de personas en el mundo que no están conectadas a Internet es de 4.400 millones, de las cuales 3.200 millones se encuentran distribuidas en apenas veinte países.
De todos los problemas que tengo con mi conexión, lo que más me irrita por lejos son los microcortes. Cuando el ritmo de trabajo se ve arruinado por una pausa inesperada de sesenta segundos (a veces más), no hago otra cosa más que bañar al módem en insultos, mientras espero a que la condenada luz de sincronización se quede fija otra vez. El último apagón de Internet serio en la zona me dejó fuera de combate por cuatro días, y admito que fue todo un ejercicio de paciencia, especialmente para los que me rodeaban. ¿Podría renunciar a Internet? En estos momentos, la respuesta a esa pregunta es un contundente no. Probablemente sea posible con algunos cambios radicales en mi vida, sin embargo, no es algo que esté considerando en el corto plazo. Más allá de mi situación, estar desconectado es la regla, y no la excepción. Nadie niega que los porcentajes de conectividad alrededor del globo están aumentando, pero si obedecemos al último estudio publicado por McKinsey & Company, la cantidad de personas que no tiene acceso a Internet asciende a 4.400 millones.
Este número se vuelve más contundente cuando se lo fracciona por país. De esos 4.400 millones, 1.063 millones están solamente en India. China sigue de cerca con 736 millones, y después encontramos a Indonesia (210 millones), Bangladesh (146 millones), Pakistán (162 millones), y Nigeria (108 millones). Los dos ejemplos latinoamericanos más relevantes son Brasil, que registra 97 millones de habitantes sin conexión, y México, con 69 millones. ¿Qué pasa entre las llamadas “potencias”? El estudio indica que Rusia tiene 55 millones de personas desconectadas, y al otro lado del charco, la cantidad de estadounidenses sin Internet es de 50 millones, aunque es necesario tener en cuenta que en la mayoría de esos casos, la falta de Internet es por voluntad propia, y no por la ausencia de infraestructura.
Aún así, el 64 por ciento de los desconectados vive en áreas rurales, donde existen necesidades mucho más importantes, como el acceso a una fuente segura de agua, salud y educación. Volviendo al caso de India, no debemos olvidar que el 45 por ciento de su población carece de electricidad, reduciendo a cero cualquier posibilidad de conectividad. A esto se suman otros datos preocupantes: De los 4.400 millones que no tienen conexión, más del 42 por ciento tienen menos de 25 años, y cerca de 900 millones son analfabetos. Evidentemente, las compañías “top” del mercado deberán hacer mucho más que colocar drones y globos en el aire si quieren conectar al mundo como lo desean.
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