Si lees algunos de nuestros artículos, puedes pensar que los científicos reniegan de la existencia de los OVNI. Sin embargo, esto no es así. Existen diferentes opiniones al respecto, y hemos tomado como conejillo de indias a Philip Plait, un astrónomo y divulgador científico que ha trabajado durante diez años con el Hubble Space Telescope para saber lo que un cerebrito típico opina al respecto.
Phil Plait es un astrónomo muy reconocido entre sus pares y cada vez más popular entre el público en general. Philip trabaja en el departamento de física y astronomía de la Universidad Estatal de Sonoma, aunque ha colaborado y colabora actualmente con la NASA y es el creador de la Web Badastronomy.com. Plait dedica su tiempo a investigar y divulgar los errores e inexactitudes de astrónomos y científicos que pretenden, según él, cambiar la realidad para adaptarla a sus teorías. Es decir, es el tío ideal para preguntarle si cree en los OVNI. De hecho, eso es lo que hacen muchos asistentes a sus conferencias, por lo que Phil se ha decidido a escribir un artículo con su respuesta.
Phil dice que “cuando doy conferencias públicas, casi puedo garantizar que durante la fase de preguntas y respuestas se me preguntará: ¿Cree en los alienígenas y OVNI?”, lo que demuestra el interés de la gente en estas cuestiones. Para poder responder a ello, Plait generalmente reformula la pregunta para dividirla en dos: “¿Cree en los OVNI?” y “¿Cree en los extraterrestres?” Son dos cuestiones muy relacionadas, pero que merecen un análisis por separado.
Vida alienígena
En lo que respecta a los alienígenas, Phil esta convencido de que existe vida en algún otro rincón del espacio. Justifica su respuesta diciendo que “conocemos unos 300 planetas que orbitan otras estrellas, y apenas hemos empezado a observar. Sólo en nuestra Galaxia, en la Vía Láctea, probablemente hay (literalmente) miles de millones de planetas.” En este punto parece coincidir con la mayoría de sus colegas. Al fin y al cabo, la vida en la Tierra comenzó casi en el mismo instante en que la temperatura de su corteza descendió lo suficiente como para permitir la existencia de agua líquida. Si esto forma parte de una constante universal, lo mismo debe haber ocurrido innumerables cantidades de veces en millones de sistemas estelares diferentes. Phil dice que, de hecho, “es completamente posible que exista vida microbiana en las lunas que orbitan a Júpiter y Saturno.”
¿Y los OVNI?
Con toda esta información sobre la mesa, se deduce que existe una base científica muy sólida para creer en la existencia de alienígenas. Pero los OVNI son una cuestión completamente diferente. Existen decenas de miles de informes sobre avistamientos de objetos voladores no identificados cada año. Esa es razón poderosa para que mucha gente crea que los alienígenas nos están visitando. Al fin y al cabo, no habría tantos testigos de estos eventos si al menos alguno no fuese real. Lamentablemente, no es un razonamiento correcto.
La gran mayoría de los fenómenos OVNI reportados son cosas comunes en el cielo: fenómenos meteorológicos y sprites (como ya vimos). Pero estos avistamientos también provienen del gran desconocimiento astronómico de la población. Solo a modo de ejemplo, tomemos al planeta Venus (que es increíblemente brillante). Tan brillante que mucha gente lo confunde con un aeroplano cercano, o algún tipo de objeto brillante terrestre y no de un lejano planeta. Venus, además, parece “perseguirte” a través de los árboles, cuando estás conduciendo por la carretera. Y, si está cerca del horizonte, las turbulencias del aire pueden hacer que parpadee y cambie de color. “¿Te suena familiar? ¿Cuántos informes de OVNI has oído en los que un gran objeto (la gente a menudo confunde brillo con tamaño) seguía a alguien en el coche y cambiaba rápidamente de color?”, dice Plait. “Bien, eso es Venus.”
Pero no solo Venus nos acojona con su presencia. “Muchos satélites artificiales pasan sobre nuestras cabezas cada hora, y algunos brillan mucho debido a que su superficie de espejos o paneles solares reflejan la luz solar. Los meteoritos surcan los cielos, los cristales de hielo reflejan la luz del Sol y la Luna, los efectos atmosféricos hacen que un objeto lejano parezca distorsionado y de forma extraña. Todas estas cosas han sido confundidas con naves alienígenas”, dice el astrónomo. Esto lo hace pensar que la mayor parte de la gente malinterpreta lo que ve y le otorga orígenes sobrenaturales o alienígenas, tal cual lo hicieran nuestros antepasados ante lo desconocido.
Además, razona Phil, “si hay por aquí naves alienígenas abduciéndonos y jugando con nuestros aviones, sería razonable que la gente que pasa más tiempo observando el cielo fuesen los que los viesen más a menudo.” Los astrónomos aficionados son, por lejos, el grupo que más horas al año pasa mirando para arriba. Si estamos siendo invadidos, y la cantidad de reportes presentados son significativos, ellos deberían ser testigos de una inmensa cantidad de OVNI. Pero no lo son. “¿Por qué no? ¡Porque ellos comprenden el cielo! Saben cuándo una luz titilante es Venus, o un satélite, o una detonación nuclear, o un globo de aire caliente, y por eso no informan de ello”, declara. Para el astrónomo, este es el argumento final contra la teoría de que los alienígenas nos están visitando. Si estuviesen aquí, los astrónomos aficionados los observarían.
“Simplemente porque ellos no vean los OVNI no quiere decir que no sean reales. ¡Sólo se necesita una prueba para demostrar que los alienígenas están aquí!”, dice Plait. “Estoy de acuerdo. Verdaderamente sólo necesitas tomar uno. ¡Pero uno que sea una buena prueba! Algo mejor que un único testigo que vio un objeto borroso, una fotografía difusa, o un video desenfocado (de hecho, con los efectos especiales existentes hoy día no podemos fiarnos siquiera de un video nítido). Se necesita, por ejemplo, una muestra de un metal no terrestre. O un alienígena real. Alguna prueba incontrovertible que sea imposible de negar.”
Phil cree que no obtenemos este tipo de pruebas porque, simplemente, no estamos siendo visitados. Si algún día Klaatu aparece y quema con sus retropropulsores el césped de la Casa Blanca, “estaré encantado de cambiar de idea”, aclara. “Pero hasta entonces seguiré mirando el cielo, aprendiendo de lo que hay allí”, se emociona. Seguramente no representa el pensamiento del 100% de la comunidad científica, pero Philip Plait puede ser considerado como un espécimen promedio útil para conocer qué opina un científico sobre estas cuestiones.