¿Qué es lo que acabo de leer en el título? Esa ensalada de términos se fusiona coherentemente con Looking Glass, un proyecto que está asombrando a todos en Kickstarter. La impresión volumétrica es una nueva clase de impresión 3D que puede crear esculturas de plexiglás con una imagen tridimensional y translucida en su interior en base a tinta. Ideal para regalos, sí.
Como aquel mosquito incrustado en ámbar de Jurassic Park (que tiene una historia detrás que no puedes perderte), todo lo que esté cristalizado tiene su belleza particular. El translucido material y el objeto inerte dentro es un objeto de decoración sin igual, y con la impresión 3D hoy día se pueden hacer muchos objetos y réplicas para luego cristalizarlos en el material que queramos. ¿Pero qué pasa si podemos hacer las dos cosas al mismo tiempo? La gente de Looking Glass creó una técnica de impresión volumétrica que les permite mezclar holografía e impresión 3D para crear unas estructuras deliciosas a la vista.
Increíblemente, ese objeto que vemos atrapado dentro del cubo de plexiglás transparente se trata de tinta. El cubo en sí está construido en base a cientos de láminas de plexiglás (o lucite, en inglés). Cada una de estas láminas tiene un “poco” del objeto impreso, y al acumularse una lámina sobre otra, más el efecto que crea un líquido de refracción que se le inyectan, se recrea el objeto completo y se puede ver en tres dimensiones como lo muestran las imágenes. Esto es lo que se conoce como una impresión volumétrica, y si bien no es hiper innovador, es la primera vez que se ofrece al público como un producto para recibir en la puerta de tu casa y usarlos para decoración.
Los objetos impresos pueden ser translúcidos, por lo que muchos de los ejemplos que se muestran en la página de Kickstater de Looking Glass son figuras escaneadas de partes del cuerpo humano o mecanismos internos dentro de armas, relojes, etc. Recuerda que lo que ofrece Looking Glass no es la tecnología o un producto para realizar estas impresiones en tu casa, sino un servicio de impresión bajo demanda. A partir de 39 dólares ya se pueden conseguir algunas de las piezas en tamaño pequeño, pero los precios varían según el tamaño sin importar la complejidad del diseño siempre y cuando se lo añada a la orden.