Seguro que muchos hemos pensado que si se pudiera meter el vehículo en una bolsa de viaje, los problemas de aparcamiento, peligro de robo y disponibilidad se acabarían para siempre. Pues bien, unos diseñadores muy avispados han lanzado al mercado una bicicleta que se pliega hasta el extremo de caber en el interior de una pequeña maleta. El precio de semejante comodidad está a la altura de las expectativas pero los beneficios obtenidos a más de uno seguro que le compensan, sobre todo si se tiene costumbre de andar en bicicleta.
Uno de los deportes más recomendados para mantenerse en forma y mejorar nuestra calidad de vida es montar en bicicleta. Aparte de los beneficios para la salud que tiene esta actividad, nos permite desplazarnos por la ciudad o por el campo, haciendo innecesario usar el coche o cualquier otro tipo de vehículo de combustión interna que nos cuesta mucho comprar y mantener. Por no hablar de la cantidad de dióxido de carbono que le ahorramos a la atmósfera cada vez que dejamos el auto aparcado en el garaje. Todo son ventajas cuando se trata de moverse en la corta distancia pero también tiene sus inconvenientes y uno de ellos radica en la imposibilidad de llevarse la bicicleta con nosotros hasta donde tengamos pensado desplazarnos. Se trata de un vehículo muy goloso para los amigos de lo ajeno y no te puedes fiar de una simple cadena para protegerla.
Los diseñadores de Kindfolk y Coat han encontrado una solución a este problema. Han inventado una bicicleta plegable que reduce tanto su tamaño que es posible alojarla dentro de un maletín o una simple bolsa de viaje. Tras unos breves segundos de desmontaje, el vehículo queda reducido a una masa muy fácilmente transportable que podemos llevar con nosotros hasta donde tengamos pensado desplazarnos. La empresa ha diseñado dos modelos para que podamos elegir nuestra compañera del alma. Por un lado tenemos la Internacional, que imita a las bicicletas de carreras como las que ha utilizado Alberto Contador para ganar el tour de Francia. Se guarda en una bolsa de cuero diseñada por Nivaldo de Lima. Por otro tenemos la City, un modelo más funcional para moverse por la ciudad sin más pretensiones que las propias de marchar hacia el puesto de trabajo o divertirse dando una vuelta por el parque. Se almacena dentro de un maletín Brooks que puede llevarse en el mismo cuadro de la bicicleta.
Donde llegan los frenazos es a la hora de pagar por estas ultraportátiles. En un principio se pensaron como obras de arte pero viendo que tenían cierta aceptación, la empresa comenzó a venderlas a unos precios astronómicos. Si quieres pedalear a ritmo de Induráin con la Internacional tendrás que soltar 2.450 libras (3.000 €) y si te apañas con algo menos ostentoso, la City te costará 1.255 libras (1.500 €). Algo caras teniendo en cuenta que tendrás que llevar la carga a todas partes aunque vaya dentro de un maletín. Si las hicieran desaparecer o, al menos, convertirlas en una pieza del tamaño de un paquete de tabaco, vale. Pero para gastarse tanto dinero por la posibilidad de llevarla contigo en una maleta, prefiero que me roben 20 veces una bici de toda la vida. Seguro que en el cómputo total del dinero que cuesta reponer las unidades sustraídas, no llega ni a la décima parte de lo que cuestan las portátiles.