Los enfermos de diabetes que tienen la fastidiosa obligación de pincharse todos los días para controlar su nivel de azúcar puede que se encuentren ante la solución a su problema. Una científica británica ha inventado un páncreas artificial que revolucionará el tratamiento de esta patología tan molesta como peligrosa. Si se confirma que este dispositivo realmente funciona, la ciencia médica se adjudicará un éxito rotundo. Veamos cuáles son los fundamentos de esta idea tan aparentemente sencila.
No hacían falta sofisticados aparatos electrónicos para resolver el problema de los diabéticos. Joan Taylor, científica de la Universidad De Montfort, en Leicester (Inglaterra), ha diseñado un diminuto dispositivo que actuará como un páncreas de verdad para administrar insulina sin tener que andar pinchándose con jeringas cada 24 horas. Hay que recordar que la diabetes se caracterizar por ser una patología que afecta a este órgano de tal modo que o bien no produce insulina o no la genera en cantidad suficiente como para regular correctamente los niveles de glucosa en sangre. Esto tiene consecuencias gravísimas para el organismo, puesto que un solo día que pase sin la cantidad adecuada de esta sustancia, puede acarrear terribles deterioros o incluso la muerte. Para evitarlo, los pacientes aquejados de esta dolencia, tienen que inyectarse todos los días una dosis de insulina suficiente para que esto no ocurra, con las consiguientes molestias y el peligro inherente a quedarse en algún momento sin la dosis de seguridad.
La científica inglesa ha construido un páncreas artificial de pequeño tamaño que tiene una carcasa de metal. Este dispositivo posee una superficie de un gel especial que responde a los niveles de azúcar en la sangre soltando la insulina en el torrente sanguíneo cuando es necesario. "Me di cuenta que podía utilizar una cierta proteína para crear un gel que pudiera reaccionar a la glucosa – comenta Taylor-. Cuando es expuesto a los fluidos del cuerpo alrededor de los órganos internos, el gel reacciona de acuerdo con la cantidad de glucosa presente. Los altos niveles hacen que el gel se ablande y libere insulina en el torrente sanguíneo". El órgano podría ser implantado entre la última costilla y la cadera y rellenado de insulina cada pocas semanas.
Taylor se encuentra en las primeras fases de la investigación pero afirma que este órgano artificial podría estar disponible en 5 o 10 años. Si las cosas van bien, estaríamos hablando de una solución simple y barata, que procuraría a los enfermos de diabetes una calidad de vida que hasta ahora les estaba vedada. En la sociedad occidental cada vez son más las personas que padecen esta patología. Este páncreas tan barato y sencillo (no usa pilas ni elementos eléctricos) se define como una solución ideal para toda la gente afectada.