La NASA y la ESA van a construir el instrumento científico más grande de la historia diseñado para verificar la teoría de Einstein. Al genio del bigote le falta una demostración empírica de lo que pronosticó como ondas gravitatorias que, por ser fenómenos muy débiles, aún no han podido ser comprobados fehacientemente. Vistos los éxitos del físico universal, apostamos porque se cumplirá la última de sus conjeturas. ¡A por ellos, Albert, que son pocos y cobardes!
Los científicos quieren redondear la genial teoría de la relatividad, y para ello, han decidido construir el más grande detector de la historia y que tratará de verificar la última pata del conjunto de postulados que Einstein formuló con su teoría de la Relatividad General. Según el inmortal físico, los grandes eventos cósmicos, como los agujeros negros y la muerte de estrellas, producen unas ondas gravitatorias que se extienden por el Universo. Dichas ondas son un fenómeno predicho en la famosa teoría de la Relatividad General y constituye la última pieza de su teoría que aún no está confirmada.
Para conseguirlo, la NASA y la ESA, agencias espaciales de EEUU y Europa, respectivamente, se han propuesto lanzar al espacio 3 naves que contendrán un cubo flotante de oro-platino. Estas naves se posicionarán a 5 millones de kilómetros una de otra, formando un triángulo equilátero. Para que nos hagamos una idea, eso son 13 veces la distancia de la Tierra a la Luna. Una vez alcanzada la ubicación exacta, dispararán un láser que deberá coincidir en los pequeños cubos de 4.6 centímetros de arista. La exactitud de este sistema de medida alcanza cotas asombrosas, pues llegarán hasta 40 millonésimas de millonésimas de un metro de precisión. Con ello, podrán verificar la existencia de las predichas ondas gravitatorias. Absolutamente impresionante.
La Antena Espacial de Interferómetro Láser, o LISA, como es llamada la nueva misión espacial, será capaz de detectar las ondas gravitatorias de frecuencias muy bajas por medio de la gran distancia entre las 3 naves. Los científicos ya han empezado a fabricar los instrumentos que serán instalados en la misma LISA, pero no se espera que se comience antes del 2020.
Está previsto que una misión más pequeña de experimentación, llamada LISA Pathfinder, que está siendo construida por ingenieros británicos en la compañía espacial Astrium EADS. Se espera su lanzamiento el próximo año, con la finalidad de preparar el camino de esta tecnología que será usada para detectar las ondas. Una vez detectadas, las ondas gravitatorias podrían proporcionar información del Universo que no puede ser vista ni obtenida en la actualidad usando radiación electromagnética como la luz, las ondas de radio y los rayos-X. Todo un hito que puede reportarnos un mejor conocimiento de nuesta existencia.