La magia del cine conquistó el mundo a principios del siglo XX. Aún con las serias restricciones que afectaban a la tecnología de la época, millones de personas no dudaron en acercarse a ver esas «imágenes en movimiento», disparando el desarrollo de diferentes géneros. A la hora de asustar a una audiencia, pocas cosas eran tan efectivas como las adaptaciones de la cántica «Infierno» de La Divina Comedia, y eso incluye a la película muda italiana «L’Inferno» del año 1911, a la que podemos ver en línea hoy.
Imagina un lugar en el que los adivinos son obligados a vagar con la cabeza al revés sin poder ver lo que tienen enfrente, donde los indiferentes están condenados a perseguir un estandarte lejano y sin valor, y donde los lujuriosos son azotados por una tempestad implacable. Un lugar repleto de avaros y pródigos empujando terribles pesos, e iracundos que se despedazan entre sí a puro mordisco. Un espacio espantoso, marcado por castigos brutales e interminables. Ese espacio no es más que el Infierno de acuerdo a La Divina Comedia. Si el simple hecho de acompañar a Dante y Virgilio en esta perturbadora aventura nos pone la piel de gallina, imaginen su efecto cuando fue adaptada al cine a principios del siglo XX.
«L’Inferno» fue dirigida por Francesco Bertolini, Adolfo Padovan y Giuseppe De Liguoro. Su estreno oficial nos lleva al 10 de marzo de 1911 (después de haber demandado más de tres años de trabajo), y con una duración oficial de 68 minutos, se convirtió en uno de los primeros filmes «full-length» del mundo. Las escenas que describen al Infierno están basadas (o debería decir inspiradas) en los trabajos del artista francés Gustave Doré, probablemente los más reconocidos por el público en general. Se conocen al menos dos ediciones más allá de la original, lanzadas en 2004 y 2011 respectivamente. En ambas ocasiones se reemplazó su banda sonora (Tangerine Dream en 2004, y el colectivo Edison Studio en 2011).
Gracias a los poderes de YouTube y el dominio público, acceder a «L’Inferno» es más fácil que nunca. Supongo que cada uno deberá comprobar por su cuenta cuál es la versión que prefiere. Cada banda de sonido tiene su punto fuerte en determinadas escenas, mientras que en otras no encajan del todo bien. Sin embargo, la atención al detalle y el uso de efectos especiales han convertido a «L’Inferno» en una verdadera pionera, y nos alegra ver que ha sido preservada como corresponde.