La marca Learjet no necesita ninguna clase de presentación. Con más de 3.000 unidades vendidas en casi 60 años de historia, Learjet está al tope de la lista para cualquiera que desee contratar y/o adquirir un avión privado. Ahora, el destino de los aviones descartados no es particularmente glamoroso, pero una compañía llamada Jetsetter Inc. decidió convertir al fuselaje de un Learjet en una limusina. El resultado es Limo-Jet, una bestia que mide 12.8 metros de largo, pesa cerca de seis toneladas, y lleva más de diez años de trabajo sobre ruedas.
Sin lugar a dudas, las limusinas son lujo y exceso motorizado. En algunos casos, sus diseños deben priorizar la seguridad de los pasajeros por sobre todo lo demás (piensa en «La Bestia» estadounidense o el «Kortezh» ruso), pero la comodidad nunca dejará de ser un parámetro esencial en su construcción. Dicho eso, ¿qué podría superar a una limusina? Lo primero que nos viene a la mente es el avión privado, que no envidia nada en materia de lujo, y además cubre distancias que para una limusina en tierra son imposibles. Sin ir demasiado lejos, un Learjet viajó de Los Ángeles a Washington D.C. en poco más de cuatro horas. Entonces… ¿hay alguna manera de fusionar ambos conceptos? El coche volador aún se encuentra en pañales, pero la gente de Jetsetter Inc. fue en la otra dirección, y transformó a un Learjet en una limusina terrestre. Te presento a Limo-Jet:
12.8 metros de largo, 3.5 metros de alto, 2.4 metros de ancho, y 5.700 kilogramos de peso definen al Limo-Jet. Utiliza un motor Vortec V8 de General Motors, se desplaza sobre ruedas de 28 pulgadas, y el ojo entrenado probablemente ya haya notado que el tamaño del sistema de sonido es considerable. Los datos oficiales hablan de 17.000 vatios de potencia, y se suma a la plataforma multimedia compuesta por cinco televisores. En total, Limo-Jet puede llevar a ocho pasajeros sentados, y no hay restricciones legales para su circulación. El trabajo de conversión comenzó entre 2005 y 2006, y la estructura original de aluminio demandó varios refuerzos en acero para soportar las exigencias del movimiento terrestre. ¿Defectos? Creo que es imposible ignorar la apertura manual de la puerta. Con tantas alteraciones, el hecho de que no se abra automáticamente es decepcionante.
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