Las cámaras al estilo GoPro están en todas partes, y gracias a portales como YouTube hemos podido comprobar la calidad del material que desarrollan los usuarios con ellas. El potencial de las cámaras compactas se ha incrementado notablemente con la aparición de los drones, y sin lugar a dudas se trata de una pareja que llegó para quedarse. El último producto en confirmarlo es Lily Camera, que además de seguir al usuario automáticamente, tiene un diseño a prueba de líquidos, ideal para resistir múltiples entornos.
Algunos temen por una posible saturación en el mercado de las cámaras de vídeo compactas, y lo mismo se puede decir sobre la oferta de drones. Tarde o temprano, sólo las mejores opciones quedarán en pie, pero llegaremos a esa instancia después de atravesar un saludable proceso de competencia. En el caso de las cámaras, GoPro parece haber tomado cierta distancia del resto de sus rivales, aunque existen opciones en Oriente que podrían mover la aguja con mucha fuerza si llegaran a nuestras tierras. Por el lado de los drones, la historia es un poco más complicada, y eso se debe (en parte) a que su situación legal no está completamente resuelta. Aún así, eso no impide que aparezcan nuevos y atractivos proyectos, como por ejemplo Lily Camera.
Si logramos dejar a un lado su adorable diseño, Lily Camera llama la atención por su facilidad de uso. Obviamente existe una aplicación que nos permite modificar el estilo de vuelo, pero todo lo que debe hacer el usuario es arrojar al dron en el aire para que comience a volar. Lily Camera puede colocarse a un mínimo de 1.75 metros del usuario, ya sea sobre la cabeza, a sus espaldas o de frente, mientras que la distancia máxima es de 30 metros. En el caso de la altitud, Lily Camera alcanza unos nada despreciables 15 metros, obteniendo así las mejores tomas. Sus especificaciones técnicas revelan un sensor de 12 megapíxeles, grabación 1080p a 60 FPS o 720p a 120 FPS, estabilización de imagen, compatibilidad H.264, ranura microSD, y un amplio batallón de sensores. El seguimiento del usuario se lleva a cabo con un pequeño módulo de rastreo que va en la muñeca, y la autonomía del dron es de 20 minutos (después necesita dos horas para recargar sus baterías). Lily Camera posee resistencia a líquidos certificada IP67, mientras que el módulo logra algo similar con una carcasa dedicada.
¿Quieres un dron Lily Camera? Bien, tienes tiempo hasta el próximo 15 de junio. Ese día es cuando finaliza la oferta especial de 499 dólares, para luego duplicar su precio. El envío internacional promedia los 30 dólares, pero no se trata de un proceso de crowdfunding, sino que la preventa ha sido organizada directamente en su sitio oficial. El otro inconveniente es que la espera será bastante larga. Si no hay ningún incidente en el camino, las primeras entregas se realizarán en febrero de 2016.