Nico Varonas
La situación humana en África es tan evidente que no requiere de lacrimógenas introducciones, sino de ideas que aboguen por los avances, aún insuficientes, que cada día se hacen desde ONGs con la misión de combatir el aislamiento de los que menos tienen. Con este objetivo como norte, la ONG LifeLine Energy ahora está distribuyendo un dispositivo que reproduce MP3 para grupos grandes de personas, emite radios, graba voces, carga móviles y más sin utilizar energía eléctrica, un servicio que en muchas zonas de África todavía resulta inasequible. El LifePlayer apunta a convertirse tanto en un dispositivo de entretenimiento como en una herramienta para democratizar la educación en este continente relegado.
LifeLine Energy es una organización no gubernamental que tiene la misión de hacer llegar energía renovable y dispositivos que utilicen energías saludables o que contribuyan a no generar contaminación. Su trabajo en África es ampliamente reconocido en el mundo, y esto se debe a que ha presentado muy buenas ideas, como la de LifePlayer, por ejemplo. El Lifeplayer es un dispositivo que se alimenta de energía solar a través de un panel y también mediante un sistema de bobinas al girar una manivela en su costado. Las funciones de las que hace gala son múltiples, pero están centradas en la educación y entretenimiento de las personas que viven en situación de pobreza casi absoluta y no tienen corriente eléctrica ni mucho menos acceso a los medios de comunicación.
Utilizando como bases pequeñas comunidades de Sudáfrica, el LifePlayer ya se distribuye como un aparato que consigue servir de elemento de formación y divertimento para hasta 60 personas a la vez, ya que tiene un potente altavoz que reproduce MP3, también el contenido de radios, podcasts educativos sobre lenguajes y ciencias, a la vez que archivos audibles que son pregrabados en su memoria de 64GB. A esta se le puede agregar música y grabaciones de voz, por lo que también sirve como dispositivo de comunicación entre familias y comunidades. Su memoria es ampliable a 32 GB con tarjetas SD y todo el contenido se puede borrar una vez reproducido para volver a cargarlo. Su predecesor, Lifeline radio, una radio a manivela que, si bien tendió a romperse mucho debido al mal uso, impactó positivamente en los habitantes de estas zonas de escaso desarrollo económico y tecnológico.
La creadora del dispositivo, Kristine Pearson lleva varias décadas ideando proyectos que tengan un impacto cero en el medio ambiente y que sirvan para contribuir a la lucha por la democratización del acceso a las condiciones dignas de vida de los habitantes de África, y gracias a algunos patrocinadores ha conseguido bajar el precio del LifePlayer a 80 dólares promedio, que podría ser invertido por las escuelas, institutos, empresas, organizaciones caritativas y bastante más. Como su uso está pensando para reuniones grupales, el costo que acarrea adquirir dos o tres de estos aparatos no significa mucho para estas instituciones si se da cuenta que cada uno de los Lifeplayer puede servir como un medio democratización de la educación para decenas de personas a la vez. Además de lo mencionado, Lifeplayer sirve como un cargador de móviles para situaciones donde prime la urgencia.
El proyecto de Lifeplayer es bueno, pero a nivel personal pienso que hay que ser un poco celosos sobre qué tipo de contenido es el que se difundirá en los dispositivos, ya que la educación de las personas en situación vulnerable es un medio de esclavización a una determinada cultura. Por lo que mirar de cerca los contenidos también será una forma de que los países en vías de desarrollo logren independizarse económicamente sin doblegarse culturalmente.
