Es posible que la arqueología cambie radicalmente gracias a la popularización de una tecnología láser conocida como LiDAR (“light detection and ranging”). Chris Fisher, un arqueólogo especializado en el oeste de México ha utilizado este sistema para realizar un preciso mapa de ciudades mesoamericanas completas. El sistema, que funciona de forma similar a un radar pero utilizando radiación láser en lugar de radiofrecuencia, “constituye un completo cambio de paradigma” en la arqueología. Para Fisher, el LiDAR será tan importante para su profesión como lo es la datación por radiocarbono.
LiDAR, acrónimo de “light detection and ranging“, es un sistema que funciona de forma similar al radar, proporcionando imágenes del terreno en base al tiempo que demora en regresar al instrumento una serie de rayos láser cuidadosamente emitidos. Chris Fisher es un arqueólogo especializado en el oeste de México, que acaba de utilizar este sistema para realizar un preciso mapa de ciudades mesoamericanas que había descubierto en 2009. Se trata de una urbe purépecha de más de mil años de antigüedad, localizada en la cuenca del Lago de Pátzcuaro, que posee casi 3 mil estructuras y al menos ocho pirámides. Se suponer que alrededor del año 1350 gran parte de este asentamiento fue abandonado por sus habitantes, que se trasladaron a Tzintzuntzan, Ihuatzio y Pátzcuaro, ciudades que acabarían conformando el estado purépecha. Fisher hizo un revelamiento preliminar de este poblado utilizando herramientas que ya son habituales entre los arqueólogos, como dispositivos GPS y ordenadores portátiles en 2010, pero ahora ha vuelto para mejorar el “mapa” de la antigua ciudad utilizando LiDAR, tecnología que le ha permitido descubrir más edificios y construcciones sin necesidad de ensuciarse -literalmente- las manos.
En realidad, como dice Fisher, “se ha utilizado LiDAR en trabajos arqueológicos desde los años 80, sobre todo en el Reino Unido y otros lugares de Europa“. Pero los equipos disponibles han mejorado tanto, que permiten hacer un trabajo que ni siquiera se creía posible hace 10 años atrás. “En los últimos años la resolución de este sistema ha alcanzado un valor lo suficientemente alto como para dividir el terreno en una serie de cubos de 2.5 centímetros de lado. Ahora se puede utilizar LiDAR para investigar no sólo las ciudades antiguas, sino el paisaje que lo rodea y las conexiones existentes entre la ciudad y su entorno. Por primera vez somos capaces de registrar el mundo antiguo en tres dimensiones.” En los últimos meses, Fisher ha sido capaz de elaborar un mapa 3D que cubre algo más de 6 kilómetros cuadrados sin necesidad de excavar. Y no es el único arqueólogo que está sacando partido de esta tecnología. Arlen y Diana Chase, Caracol (Belize), utilizaron durante 4 días un avión equipado con un sistema LiDAR para relevar unos 200 kilómetros cuadrados de terreno, consiguiendo más información que la reunida en los 25 años previos por un ejército de arqueólogos “de a pie”.
Fisher y sus colegas están muy entusiasmados con esta tecnología. Tanto, que está a punto de publicar un libro sobre el tema que se llamará “The Geospatial Revolution in Archaeology: LiDAR, Regional Survey, and the Protection and Modeing of Ancient Societies” , en el que analizá la influencia del LiDAR y la revolución que supone la tecnología aeroespacial en la arqueología. “Los datos son indelebles“, explica Fisher. “No es como una fotografía que puede degradarse.” Lo que recoge LiDAR es una nube de puntos en 3D que constituyen una representación tridimensional del terreno. A partir de esos puntos, utilizando el análisis informático adecuado, se pueden determinar la posición de las estructuras, objetos y elementos del paisaje que se encuentran en la zona relevada. Parece que en el futuro los arqueólogos realizarán muchas menos excavaciones, ya que podrán concentrarse en los lugares adecuados que han mostrado sus imágenes LiDAR, algo que les permitirá ahorrar mucho tiempo y dinero, a la vez que se minimiza el riesgo de destruir alguna estructura por error.
Mi esposa es arqueóloga y ha excavado en Caral-Perú el cual es un sitio de aprox 40 hectareas que tiene varias pirámides. Pero lo que veo es una suerte de restitución fotogramétrica asistida por laser pero no entiendo cómo va a evitar que los arqueólogos excaven si normalmente todo está enterrado y las ocupaciones se dan en periodos de varias capas una sobre otra. supongo que para levantamientos topograficos será una buena herramienta
En efecto se trata de enviar un avión que con un par de sobrevuelos realiza un escaneo de la superficie del lugar. Ahorrando miles de horas de trabajo.