Si estás buscando software que te permita diseñar circuitos, una de las primeras paradas es KiCad, que además de ser libre y gratuito cuenta con una lista bastante amplia de funciones. Sin embargo, también es probable que quieras echar un vistazo a LibrePCB. El programa aún se encuentra en desarrollo y su creador no lo recomienda para su uso general, pero nunca está de más tener una alternativa a la mano.
Nadie necesita crear circuitos al momento de dar sus primeros pasos en el mundo de la electrónica, aunque resulta de mucha ayuda saber cómo leerlos. Existen miles de proyectos para principiantes allá afuera, desde pequeños experimentos con el clásico 555 hasta amplificadores básicos de audio. Con el paso del tiempo aplicaremos nuestras propias modificaciones a esos circuitos originales, para finalmente alcanzar un diseño más limpio con PCBs personalizados.
La buena noticia es que hay una gran cantidad de software que hace el trabajo pesado. KiCad es uno de los ejemplos más estables, pero si quieres explorar nuevos horizontes, tal vez prefieras descargar LibrePCB.
LibrePCB: Diseñar circuitos gratis
Todos los proyectos en LibrePCB son administrados a través de un panel de control bastante intuitivo, con secciones en las que se destacan a los proyectos más recientes, y aquellos que hemos marcado como favoritos. Uno de los objetivos esenciales de LibrePCB es simplificar el proceso de edición, reduciendo las instancias de «micro-gestión» que demandan algunos diseños, y en esa dirección apuntan sus dos editores principales (diagramas y PCB).
El sistema de bibliotecas de LibrePCB divide a los componentes en categorías bien definidas, y en caso de necesitar más siempre se pueden descargar con la ayuda de su repositorio interno.
Ahora, debemos reconocer que LibrePCB no está listo para su uso general. El número de versión es 0.1.5. Las cosas son un poco más estables en la edición de Linux, pero el build compatible con Windows aún tiene que recibir varios ajustes. En otras palabras, considera a LibrePCB una plataforma para experimentar, con los ocasionales «dolores de crecimiento» en el camino.