La ley de Moore tiene una esencia sencilla: El número de transistores en un procesador se duplica cada 18 meses. Y por buena parte de los últimos 54 años, los desarrollos informáticos siguieron ese ritmo. Hoy, enfrentamos un futuro diferente. El propio Gordon Moore dijo en 2015 que a su ley le quedaban diez años como mucho. Intel debió sudar sangre para escapar de los 14 nanómetros, y los principales avances llegan a través de las tarjetas gráficas. ¿Te gustaría saber cómo avanzó la ley de Moore durante más de medio siglo? Este vídeo te ayudará.
El chip gráfico de la tarjeta Nvidia GeForce RTX 2080 Ti posee 18.600 millones de transistores. El procesador Intel 8088 de 1979 venía con 29.000. ¿Se puede crecer tanto en 40 años? La respuesta es sí, y todas las flechas apuntan a la ley de Moore. Su versión original hablaba de duplicar el número de transistores cada 12 meses, con una desaceleración a 18-24 meses a partir de los años ’80. La industria adoptó a esa ley como una especie de estándar durante las últimas décadas, pero todo es diferente ahora. TSMC y Samsung son los únicos nombres que lograron (más o menos) seguir el ritmo de la ley de Moore, y la distorsión seguirá con cada paso adicional hacia los límites fundamentales del silicio.
La evolución de la Ley de Moore
El canal DataGrapha publicó una infografía animada en YouTube que cubre a la ley de Moore desde su nacimiento en 1965 hasta hoy. Un detalle que suele pasar desapercibido es que la propia ley de Moore precede a los procesadores: El Intel 4004 llegó al mercado en 1971, con 2.250 transistores. En apenas diez años, el chip con mayor cantidad de transistores era el Motorola 68000, utilizado en máquinas arcade, consolas hogareñas, y sistemas Apple. En 1991, la predicción de la ley de Moore era de unos dos millones de transistores, pero el 80486 de Intel tenía sólo la mitad. Ni siquiera el salto generacional de los procesadores Pentium fue suficiente para igualar su velocidad. Este desequilibrio se mantuvo hasta el año 2001-2002, cuando apareció el chip gráfico Radeon R300 (9700 Pro) y los procesadores Itanium.
Iniciada esta década, la ley de Moore debió arrojar la toalla (al menos por un tiempo) frente al extraordinario avance de las arquitecturas gráficas, tanto de Nvidia como de AMD. Los chips Kepler de Nvidia poseen más de 7.000 millones de transistores, mientras la ley de Moore flotaba a la mitad de ese valor. Hoy, la ley de Moore volvió a escaparse, y todo parece indicar que será inalcanzable. En 2020 necesitaremos un procesador con más de 55 mil millones de transistores sólo para empatar, un equivalente a tres RTX 2080 Ti juntas.