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Lensman, el héroe que inspiró Spacewar!

La historia de los videojuegos nos cuenta otro relato de amor, admiración e inspiración con la literatura de ciencia ficción. El arte mayor del relato y este género siempre proveen de futurísticas ensoñaciones y ricos universos de descripciones de los cuales tomar prestadas, aunque sea, las naves espaciales que lo circundan. La historia del desarrollo de Spacewar tiene mucho que ver con varios libros de ciencia ficción porque quedaron grabados en el propio inconsciente de quienes lo crearon, sin embargo hay una saga que ha sido especialmente señalada la motivante principal para la idea del juego, la serie Lensman de E.E. Smith. En este artículo te contamos de qué se trata esta historia sobre el héroe que inspiró Spacewar!

Spacewar!

Todos lo hemos visto en acción. La trama del juego es consabidamente bastante simple: dos naves navegando la zona gravitatoria de una estrella en el medio de la pantalla mientras intentan eliminarse una a otra sin que la misma gravedad las succione. Quien elimine más veces a la contraria, ganará la partida. Así de simple era uno de los primeros juegos de la historia y de la industria que hoy mueve billones de dólares y nos sigue alimentando de grandes títulos que, de una manera u otra, toman aquellas pequeñas bases e ideas que estos juegos históricos dejaron entre nosotros.

Creado en 1962 fundamentalmente por Steve Russell, Spacewar! fue un éxito sobre los viejos ordenadores PDP-1  que todavía tiene reconocimiento en la escena de los videojuegos. Desde la idea inicial a concretar el primer nivel de desarrollo, se utilizaron 200 horas de trabajo humano, pero luego sería completado de a poco con otras funciones que se transformaron en conversiones para Atari, fondos con estrellas que se movían y tenían relación con los mapas estelares del momento, museos que cobijan al juego y su ordenador original. ¿Pero cómo nace un juego histórico? ¿Qué detalles lo hacen ser lo que es?

SpaceWar!: El origen

A finales de los 50 y principios de los 60, un ordenador llamado TX-0 era una de las estrellas en el MIT, que con una estructura de trabajo bastante rudimentaria, pudo crear una colección entera de programas gráficos interactivos, conocidos como los primeros videojuegos, entre los que se incluye un muy humilde Tres en línea. Meses después, la llegada de una reluciente DEC PDP-1 haría estallar la imaginación de los estudiantes, y “Slug” Russel era uno de ellos. Entre las ideas que se manejaron, la de hacer algo “manipulable” fue la más interesante a la hora de demostrar las capacidades de la máquina nueva para realizar cálculos vectoriales.

Aquí es donde las naves surgen de la cabeza de Steve “Slug” Russel, Martin Graetz y Wayne Witaenem como los objetos que mejor le harían mérito. ¿Pero de dónde salió la idea de que sean naves las protagonistas de uno de los primeros videojuegos de la historia y que tanta inspiración, ports, imitaciones y admiración ha generado? De la saga Lensman de E.E. Smith, que Steve Russel acababa de leer y que por su trama le había generado una ventaja creativa en aquél brainstorming épico que lo inició todo.

Jugando Spacewar! en el MIT

Según palabras de Graetz, el personaje y la trama de Lensman fueron los detonantes de la idea debido a que sus héroes tenían una fuerte tendencia a ser perseguidos por los villanos a través de la galaxia y tenían que solucionar sus problemas a la vez que escapaban. Ese tipo de acción fue lo que le sugirió Spacewar! Steve tenía descripciones brillantes sobre los combates de las naves espaciales y la forma en la que eran manejadas.”

First Lensman y la serie

Para quienes no han tenido el placer, First Lensman es una novela de ciencia ficción escrita por Edward E. Smith que en 1950 hizo de las delicias de los jóvenes norteamericanos, que hicieron volar de las estanterías las casi 6000 copias editadas. La edición corresponde a la segunda entrega de la serie Lensman, una ópera espacial que comienza en 1934 con el libro llamado Triplanetary que no lleva a 2000 millones de años antes del tiempo presente y habla sobre los Arisios, una raza pacífica y con poderes mentales que se enfrentará a las tentativas maléficas de los Eddorianos.

First Lensman es  la segunda novela de la serie en relación a la historia misma, pero se escribió última y a 15 años de la primera (similar a lo sucedido con la serie Fundación de Asimov), con lo que los cambios involucrados tanto en la historia como en el contexto en el que se lanzó, hicieron famoso a Lensman en una nueva generación.  La serie continua, luego de Triplanetary y Firs Lensman, con Galactic Patrol (1937-1938), Gray Lensman (1939-1940), Second Stage Lensmen (1941-1942) y Children of the Lens (1947-1948). Una curiosidad es que esta serie fue nominada como mejor serie de todos los tiempos en los premios Hugo. El premio lo ganó, obvio, Fundación, de Asimov.

First Lensman y la serie de E.E Smith: El libro.

Trama de First Lensman

La historia nos pone en el centro de la galaxia, donde la fundación de la Patrulla Galáctica se está sucediendo a través de Virgil Samms, el primer hombre en utilizar una Lente, una especie de emblema biológico que le proporcionan poderes telepáticos. Con esta sensibilidad a cuestas, Samms se dispone a proteger la civilización de las embestidas colonialistas del mal con la que había soñado antes de ser llamado por los Arisios a llevar este premio heroico por sus virtudes incorruptibles. 

La batalla que lleva adelante nuestro Lensman será contra los políticos corruptos, drogas, piratas y cualquier tipo de identificación malévola contra las que se alzan desde siempre nuestros héroes favoritos. Además de nuestras bajezas humanas más conocidas, por la serie desfilan todo tipo de formas de vida, demostrando la gran imaginación de Edward Smith, que logra una interacción entre diferentes especies (al tener poderes mentales, el Lensman puede comunicarse con animales también) que se disfruta mucho y enriquece el relato con personajes secundarios y terciarios memorables. Para muchos, una historia simbólica donde subyace una idea del tipo: La iluminación y el conocimiento nos harán libres de la opresión y de la corrupción. Algo que en ciencia ficción es una metáfora recurrente pero efectiva y abordable desde muchos aspectos interesantes.

La tecnología en Lensman

Cuando se habla de tecnología actual o de tecnología de consumo, se habla de la forma en la que se idean, producen y venden productos tecnológicos en un mercado consumista. El concepto está contextualizado en un sistema capitalista donde, lastimosamente, lo que importa es la capacidad sacar rédito de un nuevo invento basándose en necesidades existentes o artificialmente creadas.  Ahora, si hablamos de Tecnología a secas, estamos frente a los conocimientos técnicos y científicos que nos permiten crear nuevas invenciones, y de las que hemos sido nutridos por demás en la ciencia ficción. Si la saga Fundación y el resto de los libros de Asimov dejaron muchos conceptos que la tecnología ha adoptado con admiración y respeto, la serie Lensman también tiene lo suyo. De toda la saga, seleccionamos algunas que nos llamaron la atención:

Tubo hiperespacial: Un túnel a través del hiperespacio que permite que las distancias entre galaxias puedan ser transitadas de una manera más corta. (¿Alguien dijo agujeros de gusanos?) Están fabricados de Dureum y fueron fabricados por los Eddorians con el objetivo de explorar el Universo.

Innertialessness (inexistencia de inercia): Se trataba de un modo de manejo que desactivaba la inercia que ejercía la masa de la nave, por lo que estas ahora podían superar la velocidad de la luz. Además se propuso la Conservación del Momentum, por lo que de un momento a otro la nave volvía al modo con inercia a su velocidad original pero habiendo surcado millones de kilómetros en la galaxia.

Poder (producción y de armadura): La producción de poder en la serie Lensmans va desde el uso de un hierro alotrópico convertido en una sustancia densa y roja hasta la presencia de fisión nuclear a bordo de las naves para proveer de los terawatts necesarios.  La armadura de los miembros de la Patrulla Galáctica era un exoesqueleto, algo que hoy vemos en proyectos militares.

Otras tecnologías: El procesamiento de información estaba dado por ordenadores con habilidades telepáticas, pero en vez de estar creados por transistores y componentes electrónicos, los ordenadores eran los mismos seres vivos. Por ejemplo, los Rigelianos.  Por otra parte, las naves eran diferentes según velocidades y propósitos así como lo son hoy.

Galactic Patrol Lensman: Anime basado en Lensman Series

A mediados de los 80, Robotech todavía estaba en la mesa de trabajo de Macek y Kramer y discutiendo distribución con Harmony Gold, un anime basado en Lensman Series salía a superficie trayendo una derivación de la historia original que puso en alerta a algunos fanáticos. En este intento poco exitoso por animar las aventuras imaginadas por E.E. Smith, la trama nos sitúa en cerca del camino del joven Kimball Kinnison, que mientras intenta ir a por educación ciudad adentro, se topa con una nave de la Patrulla Galáctica. En su interior, un Lensman, que con sus últimos aires le entrega la lente especial de la que hablamos más arriba.

El emblema ahora en la mano de Kim será el puntapié inicial para aventuras  que lo ponen en situaciones  donde su decisión y su valentía harán la diferencia. Como a la mayoría de estos héroes accidentales del anime, lo seguirán una bandada de amigos con características particulares bastante reconocibles. La serie duró sólo una temporada que contó de 25 episodios con una duración aproximada de 28 minutos cada uno.

Spacewar! es más que uno de los primeros videojuegos y Lensman es más que una serie de ciencia ficción más. Somos seres cargados de cultura, que en cada creación que creemos original, vertimos pequeñas cuotas de ideas con las que hemos sido impregnados. Aquello que vivimos, leemos, vemos, se vuelve parte nuestra, nos pertenecen, y en cualquier momento pueden convertirse en la base para un proyecto que nos pondrá en la historia de la civilización, pero también pueden ser simplemente pequeñas ensoñaciones y fantasías que no hay que dejar que el cinismo borre de nuestras mentes. Y esa es ya una aventura digna de luchar. ¿O no?

Escrito por Nico Varonas

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