A pesar de los avances aparecidos estos últimos años en Latinoamérica, en materia de tecnologías de la comunicación, la brecha digital aún se mantiene demasiado abierta. Dice un informe de un prestigioso centro de análisis que se encuentran 12 veces más lejos de Internet que los países desarrollados. Las causas de este retraso tecnológico provienen de la pobreza, la desigualdad y las carencias del sistema educativo.
Desde esta plataforma de comunicación nos quejamos mucho de la situación de España, donde tenemos las conexiones más caras y más lentas de Europa. Sin embargo, a tenor de lo que dice este informe de Enter, el Centro de Análisis de la Sociedad de la Información y Telecomunicaciones del IE Business School, queda patente el enorme retraso digital que muestra el continente hermano. Afirman que Latinoamérica se encuentra 12 veces más lejos de Internet que el resto de países desarrollados. En los últimos 10 años, los datos recogidos por Enter señalan que las distancias entre las regiones más empobrecidas y las enriquecidas del mundo han disminuido en lo que se refiere al uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). En este sentido, durante el período 2000-2008, los latinoamericanos han duplicado su participación en Internet, pasando de un 5%, al comienzo del 2000, a un porcentaje que ronda el 10% actualmente. No obstante, si lo que analizamos es la tasa de adopción por habitante o empresa de las TIC, la situación cambia radicalmente. De hecho, al observar la penetración per cápita de los ordenadores e Internet en el mundo, se descubre que la brecha es de 12 veces mayor implantación en las regiones más enriquecidas. Sin embargo, en el caso de la telefonía móvil la brecha se reduce a la mitad, registrando una penetración sólo 6 veces mayor en las zonas más desarrolladas.
No podemos olvidar que existe un poderoso condicionante para adoptar las TIC, que son los ingresos individuales. La brecha digital aumentará en el caso de las tecnologías con mayor coste y que impliquen mayores habilidades y bienes complementarios. En cambio, las tecnologías menos onerosas, como le sucede al teléfono móvil, se acercarán más a las regiones desarrolladas.
Uno de los puntos donde más énfasis pone el informe es la importancia de las inversiones en educación y capital humano. La base para adquirir lo que ha dado en llamarse “tecno-optimismo” se consigue desde una conciencia racional que persigue el sueño de una sociedad tecnocrática que avanza más y mejor gracias a la acumulación de conocimiento científico y a la capacidad de innovación. Esto genera una sensación de bienestar que cree en las bondades del sistema tecno-científico. Sin embargo, no parece tan sencillo cuando el poder adquisitivo de muchas regiones no alcanza un nivel mínimo. El informe advierte las altas tasas de fracaso y el escaso impacto de muchos proyectos TIC para el desarrollo. Un ejemplo paradigmático de ello es que una gran mayoría de los latinoamericanos no han entrado en un telecentro, durante el período 2002-2007, debido a que sus intereses han estado centrados en conseguir dispositivos de telefonía móvil.
El informe concluye diciendo que “América Latina se encuentra bien posicionada para apalancar sus ventajas comparativas con el fin de alcanzar metas de desarrollo mediante inversiones eficientes en TIC”. Aunque puede que no sea tan fácil. La Catedrática de Filosofía Moral y Política de la Universidad de Santiago de Compostela, María Xosé Agra, sostiene que la pobreza, en muchos casos, sólo se liga a gobiernos corruptos, falta de gobernabilidad o existencia de conflictos bélicos. Además, no hay soluciones sencillas para la erradicación de la pobreza y para la consecución de los Objetivos del Milenio desarrollados por la ONU.
En fin, amigos, que los españoles podemos llorar con un ojo. Aunque una cosa tienen a su favor: no les persiguen las entidades de gestión (por ahora). Estaría bien que los servidores de enlaces audiovisuales, como por ejemplo, The Pirate Bay, se trasladaran a Latinoamérica para quedar tranquilos de una vez por todas y, de paso, generar riqueza en aquellos países.