Si vives en Estados Unidos, Inglaterra o Alemania, no tienes nada que temer. Pero si, como todos nosotros, eres de algún otro lugar del mundo, pronto deberás comenzar a pagar por el servicio de streaming de radio de Last.fm. Será un abono de €3 por mes (casi nada) que te permitirá seguir escuchando las pistas de la radio online preferida por muchos.
Tarde o temprano tenía que suceder y ya está confirmado que sucederá: Last.fm dejará de ser un servicio gratuito para clientes internacionales que no se conecten desde Estados Unidos, Reino Unido o Alemania. El servicio costará €3 mensuales, y dará acceso ilimitado a todas las canciones en el sitio. Por otro lado, el sistema de recomendaciones, videos, biografías y eventos, seguirá gratis para todos. Pero, si lo que quieres es escuchar música sin pausa, deberás pagar.
El movimiento no es extraño. Estos sitios de radio en línea hacen dinero con ventas de música. Esas ventas, de las que reciben un porcentaje, generalmente provienen de Amazon; y Amazon no tiene una gran presencia en países fuera de los tres nombrados. Además, la tasa de piratería del resto de los países seguro que influyó en la decisión del sitio. Muchos de nosotros hemos usado herramientas como Free Music Zilla u Orbit para descargar las canciones del sitio, sin pagar nada. O, directamente, usar las recomendaciones del lugar para luego buscar el CD en Megaupload o BitTorrent.
Y aquí, con esta decisión, se comienza a ver un cambio de paradigma que creemos será la norma del futuro. Los contenidos de Internet podrían dejar de depender tanto de las publicidades, y comenzarán a explorar otros métodos para sostener sus modelos. Es que los que generan herramientas y contenidos para la red están en todo su derecho de cobrar por su trabajo. Tanto ellos como los autores de música o películas. Pero la cosa, como hemos visto, no es tan simple. Los usuarios reclaman y las empresas hacen juicios. Y nada parece arreglarse jamás. Tarde o temprano los usuarios vamos a tener que ceder, y comenzar a pagar por lo que consumimos en línea. Pero, para que eso pase, entes como la SGAE, RIAA y todos los sabuesos de propiedad intelectual, tienen que desaparecer o cambiar por completo y ser más transparentes. Lo más importante, sin embargo, quedará en manos de las empresas y en ellos está puesta la atención: deberán ofrecernos alternativas interesantes, a buenos precios y sin limitaciones. Si las últimas dos condiciones se dan, nosotros (como consumidores) deberíamos dar el brazo a torcer y piratear un poco menos. Tú, ¿qué opinas?