Cuando los astronautas finalmente regresen a la Luna, presumiblemente antes del 2020, tendrán una ventaja respecto a los que viajaron hace 30 años. Si bien el sistema GPS no funciona fuera de nuestro planeta, los ingenieros están trabajando en LASOIS, un proyecto que les permitirá a los astronautas orientarse como si dispusiesen de él.
Dado que nuestros viajes tienen lugar de un punto a otro de la Tierra, rara vez pensamos que nuestros queridos GPS no funcionan fuera de su superficie. Efectivamente, la “magia” de esos pequeños artilugios tiene lugar gracias a una constelación de satélites que orbitan nuestro planeta y sirven de apoyo para determinar, con gran precisión, el lugar en que se encuentran.
Sobre la Luna (y en cualquier otro lugar del universo) un GPS no es más que una carga inútil. Sin los satélites adecuados sobrevolándolo, no sirve de nada. Pero un investigador de Ohio, llamado Ron Li, está trabajando en un proyecto que brindará un sistema de posicionamiento con características similares al GPS, aunque sin gastar una verdadera fortuna en tecnología.
Li ha explicado la forma en que trabaja su sistema. Básicamente, consiste en un software capaz de crear mapas lunares a partir de imágenes de su superficie, obtenidas desde la órbita; una serie de sensores instalados a bordo de vehículos lunares y en los trajes de los astronautas, encargados de determinar sus posiciones; y balizas similares a los radiofaros utilizados para la navegación aérea en la Tierra.
El ordenador a cargo del sistema puede combinar toda esta información y transmitir a los receptores de los vehículos y de los astronautas imágenes muy similares a las que acostumbramos a ver en nuestros GPS, con la condición de que no se desplacen fuera de la zona de cobertura.
El sistema ha sido bautizado como LASOIS (Lunar Astronaut Spatial Orientation and Information System), y la NASA a premiado a Li con un millón doscientos mil dólares por su desarrollo. El plazo del que dispone para tener el proyecto a punto es de tres años.