La buena noticia para los accionistas de Apple es que la compañía volvió a superar sus expectativas, obteniendo ganancias por 11.000 millones de dólares en su segundo trimestre fiscal de 2017. Mientras que las ventas de iPhones bajaron menos del 1 por ciento comparadas con el mismo período del año pasado, y las Macs subieron poco más de cuatro puntos, la mancha en el expediente es la familia iPad. Las tablets de Cupertino retrocedieron un 12.98 por ciento con 8.92 millones de unidades, y hay que viajar hasta el primer trimestre de 2011 para encontrar números tan bajos.
Vamos a despejar cualquier duda antes de comenzar: Apple está nadando en dinero. Más allá de algunas decisiones cuestionables en cuanto a diseños y configuraciones de hardware, no es muy difícil imaginar a Tim Cook, los directivos y los accionistas saltando en piscinas llenas de billetes al mejor estilo Rico McPato. El último reporte oficial indica que el gigante de Cupertino tiene 250 mil millones de dólares en el banco, y a decir verdad, le queman en el bolsillo. Los rumores sobre adquisiciones mayores no tardaron en aparecer, y los candidatos van desde Tesla hasta Netflix, pasando por AMD y ARM.
Ahora, a los números: Desde hace un buen tiempo, Apple es una compañía de telefonía y servicios. Si combinamos al iPhone con el paquete iTunes-App Store-iCloud-Apple Music descubrimos que representan más del 76 por ciento de los ingresos para el segundo trimestre fiscal de 2017 (primero del calendario). Técnicamente, la venta de iPhones retrocedió un 0.84 por ciento, pero sus ingresos específicos subieron un 1.19 por ciento, lo que sugiere una búsqueda de modelos más caros. En cuanto a la situación del iPad, todas las flechas apuntan hacia abajo. Las ventas de tablets se desplomaron un 12.98 por ciento frente al mismo trimestre del año pasado. Es el tercer año consecutivo a la baja, aunque Tim Cook no dudó en salir a defender sus ventas, reportando buenos avances en los Estados Unidos, Japón y Australia. Es el resto del mundo quien no está comprando iPads, y debemos preguntarnos por qué.
En primer lugar, los ciclos de hardware son más amplios. El iPad 2 (2011) dejó de recibir updates en agosto de 2016, y aún con un sistema operativo discontinuado, la gran mayoría de las apps funcionan muy bien. En segundo lugar, el principal movimiento del mercado de tablets se encuentra en dispositivos por debajo de los 250 dólares, una categoría a la que el iPad simplemente no pertenece. Y después está el «efecto phablet» mezclado con una pizca de saturación. Los dispositivos con pantallas de 5.5 o más pulgadas (incluyendo a dos generaciones de iPhone) se están comiendo una parte del pastel de las tablets, y los OEM podrán ser lentos, pero no duermen. Al final del día, es un «problema de ventas» que otras compañías se mueren por tener. 2017 será muy importante para ver la evolución del iPad. ¿Acaso tocó su techo, o puede llegar a rebotar?