Tratar de anticipar el futuro a partir de lo que vemos en el presente es algo extremadamente común, pero en el caso específico de la tecnología vemos predicciones que pierden esa condición en tiempo récord debido a la velocidad de algunos avances. Con el año 2017 ingresando a la recta final, hoy vamos a hacer un humilde repaso sobre esos desarrollos que nos siguen robando el aliento, y que ya cuentan con una posición especial, o están a punto de obtenerla.
Siempre es divertido explorar las predicciones que hacen algunas compañías para los próximos cinco, diez o veinte años. Una de las campañas que más me llamó la atención fue «You Will» de AT&T, que se remonta al año 1993. El gigante de las telecomunicaciones ya coqueteaba en aquel entonces con las videoconferencias, los asistentes personales, el GPS, tablets, dispositivos vestibles, libros digitales, plataformas colaborativas, pagos electrónicos, vídeo «on demand», automatización del hogar y educación a distancia, entre otras cosas. De hecho, sus predicciones fueron extraordinariamente precisas, salvo por un pequeño detalle: AT&T no tuvo nada que ver con esas tecnologías. Hoy, el valor de las predicciones está siendo erosionado por la velocidad bruta de algunos desarrollos. Muchos de ellos han pisado fuerte en 2017, y para bien o para mal, van a ocupar una parte muy importante de nuestro futuro. ¿Ejemplos? Veamos:
La inteligencia artificial quiere tus juegos, y tu trabajo
Google. Facebook. Nvidia. Microsoft. Apple. Amazon. La lista sigue. Todos los gigantes de la industria están apostando muy fuerte a la inteligencia artificial, y sus resultados son contundentes. AlphaGo masacró a los mejores jugadores de Go del planeta (venció 4-1 a Lee Sedol y 3-0 a Ke Jie), y su versión Zero aprendió a jugar en apenas tres días, derrotando al AlphaGo original por un escalofriante 100-0. El sistema Libratus aniquiló a un equipo de jugadores profesionales de póker, un desafío mucho más complejo debido al concepto de información incompleta.
En junio, una inteligencia artificial creada por Microsoft logró dominar al port de Ms. Pac-Man en la Atari 2600, alcanzando el registro máximo posible de 999.990 puntos. Varios proyectos se entrenan con StarCraft, y en cualquier momento cruzarán caminos con jugadores coreanos. Escriben libros, crean rostros fotorrealistas, reconocen personas en los entornos más difíciles, tocan instrumentos, falsifican vídeos, y están a punto de ocupar tu puesto de trabajo, ya sea de forma directa o controlando robots. Las inteligencias artificiales han dejado de ser un extracto de ciencia ficción. No comen, no duermen, no descansan, no se enferman, aprenden constantemente, y se vuelven mejores con cada revisión. Un momento… ¿acaso dije robots?
Robots: Más ágiles, más hábiles, ¿más peligrosos?
El nombre clave es Boston Dynamics. La compañía se convirtió en una de las adquisiciones más problemáticas de Mountain View, pero encontró un hogar muy cómodo en el SoftBank Group, quien continúa financiando sus principales proyectos. SpotMini se mueve de manera tal que sólo necesita un cañón láser en su lomo. Handle salta y agarra cosas sin problemas. Atlas dejó de jugar en un solo pie, y ahora hace toda clase de vueltas en el aire, cayendo de pie como un gimnasta. La primera vez que hablamos sobre Atlas fue en 2013, una evolución directa de Petman, que requería cordones umbilicales y vigilancia constante. Todos los robots de Boston Dynamics siguen siendo prototipos, y aún es difícil imaginar aplicaciones comerciales a corto plazo, pero si la compañía pudo hacer esto en seis años, pensemos lo que hará en otros seis.
El avance de los biohackers
En el mejor de los casos, un medicamento necesita diez años de estudios para llegar a las farmacias. Pero un grupo cada vez más amplio de «biólogos DIY» o biohackers están desafiando abiertamente esos tiempos, y realizando experimentos en sí mismos. Proyectar la llamada ética hacker al cuerpo humano puede parecer extraño y riesgoso, sin embargo, el movimiento continúa ganando tracción. Josiah Zayner se inyectó CRISPR-Cas9 y un gen para estimular el crecimiento muscular. En 2016, Liz Parrish, CEO de BioViva, se transformó voluntariamente en la «paciente cero» de un tratamiento anti-age que la compañía está investigando. En octubre último, Tristan Roberts redobló la apuesta al inyectarse un «tratamiento DIY» para el VIH. La mayoría de estos biohackers lo hacen sólo por el placer del conocimiento, pero también encontramos pacientes terminales que deciden combinar tratamientos experimentales y llevarlos a cabo ellos mismos, esperando un buen resultado. En general, experimentar con nuestra propia carne no es ilegal, pero comercializar los «kits de terapia genética» que lo hacen posible sí, algo que la FDA estadounidense ya advirtió en su momento. El objetivo de la agencia no es otro más que regular los procesos, y aprobar aquellas sustancias que considere viables, como es el caso de Luxturna, destinada a combatir una extraña variante de ceguera hereditaria.
2017: El año de las criptomonedas
Todas las hipótesis sobre economía alternativa y mecanismos monetarios que operan por fuera de los canales tradicionales han encontrado un aliado sin precedentes en las criptomonedas. Al principio se las veía casi como una broma, experimentos absurdos que permitían a ciertas personas jugar con dinero falso. El Bitcoin cumplirá nueve años el próximo 3 de enero… y nadie se está riendo. Con una capitalización de mercado que supera los 300 mil millones de dólares y un valor de casi 18 mil dólares por unidad, los dueños de bitcoins disfrutan su estatus de neo-millonarios, mientras que banqueros y analistas insisten en atacar a todas las criptomonedas, tal vez como respuesta natural a una amenaza.
Interfaces neurales, y la obsesión con el cerebro
IBM lleva años trabajando en diferentes tecnologías que buscan imitar, y por qué no emular, al cerebro humano. Los primeros reportes sobre Project Synapse se remontan al año 2011, después nos cruzamos con TrueNorth, y finalmente con sus neuronas artificiales de cambio de fase. En septiembre pasado fue Intel quien anunció a Loihi, un chip basado en computación neuromórfica que aprende por su cuenta. Sin embargo, el mundo entero giró para ver a Elon Musk y su nueva compañía Neuralink. ¿La promesa? Unir a la inteligencia biológica con la artificial a través de un «cordón neural» implantado quirúrgicamente en el cerebro. La prioridad de Neuralink será la medicina, y el tratamiento de condiciones complejas como la epilepsia y la depresión. Imagino que será necesario esperar muchos años (tal vez décadas) antes de que veamos un prototipo aprobado, pero el punto de partida está aquí.
¿Tienes alguna otra predicción para compartir? ¿Recuerdas un desarrollo o un proyecto antiguo que haya visto la luz en 2017? No dudes en dejar un comentario. ¡Buena suerte!