La soledad puede tener un impacto muy negativo en la calidad de vida. Una de las principales recomendaciones que escuchamos es la de «salir y conocer gente» para combatir sus efectos, pero la verdad es que no somos todos iguales, y algunas personas podrían sentirse mucho mejor estando solas. De acuerdo con los psicólogos Satoshi Kanazawa de la London School of Economics y Norman Li de la Singapore Management University, aquellos con una mayor inteligencia representan esa excepción: Cuanto menos socializan, más felices son.
«Odio a la gente». He escuchado esa expresión docenas de veces, provenientes de personas muy diferentes, sin nada en común. Hay días en los que el mundo acelera la picadora de carne un poco más de la cuenta, y el simple hecho de compartir un espacio público con el resto de la especie humana se vuelve insoportable. Esto es muy llamativo si consideramos a varias interpretaciones, entre las que se destaca la llamada «teoría de la felicidad de la sabana». Al trabajar en grupo, nuestros ancestros accedían a alimentos más nutritivos, y estaban mejor protegidos frente a los elementos y la hostilidad de la naturaleza. Por extensión, su calidad de vida era superior, y eso los hacía más felices.
De acuerdo a un estudio publicado en 2016 por los psicólogos Satoshi Kanazawa de la London School of Economics y Norman Li de la Singapore Management University, la teoría de la sabana tiene fundamento: Al analizar los datos de 15 mil participantes, notaron que una densidad poblacional alta reduce la satisfacción, pero una mayor cantidad de interacciones sociales la aumenta. En otras palabras, espacios amplios y contacto constante. Sin embargo…
… hay un asterisco en el estudio, que alcanza a las personas inteligentes. Podemos debatir hasta el año 2268 la forma más «científicamente correcta» de cuantificar la inteligencia, pero el texto sugiere que aquellos con un coeficiente superior son menos felices si interactúan demasiado con amigos y familiares. Ahora… ¿por qué? Una de las ideas es que aquellos con una mayor inteligencia y la capacidad de aplicarla priorizan objetivos a largo plazo, y un exceso de socialización se convierte en una distracción, lo que disminuye su calidad de vida.
Aún así, la teoría de la sabana se apoya en un simple «cableado evolutivo»: El cerebro humano prefiere entornos rurales con menos gente. La diferencia es que las personas inteligentes se pueden adaptar a los desafíos modernos, resistir mejor el aspecto negativo de una densidad poblacional alta, y no depender tanto del contacto con otros. Interesante teoría, pero teoría al fin. Para muchos, la felicidad es una elección, y no un resultado derivado de condiciones previas. ¿Qué piensas?