Los especialistas advierten que ver películas en 3 dimensiones con la técnica actual puede generar una serie de problemas ópticos muy molestos para los espectadores, sobre todo aquellos que ya presenten alguna patología relacionada con el estrabismo o la ambliopía. Con lo felices que se las prometían las empresas del cine.
La huída hacia delante que la industria cinematográfica ha tenido que realizar para superar a la piratería puede costarle ciertas molestias a los espectadores más sensibles. Hace bastantes años, ya se intentó colocar un mercado de películas en 3 dimensiones donde se necesitaban gafas especiales para poder captar la sensación de profundidad en un marco bidimensional como era la pantalla de un cine. Aquello no cuajó. Seguramente porque no era el momento adecuado o simplemente porque el espectador no necesitaba un cambio de tecnología visual. Sin embargo, aquellas viejas técnicas han sido recuperadas por la industria del cine y aprovechadas al límite. Películas como Avatar en 3D han reportado enormes beneficios a sus creadores y, de paso, han impedido la piratería doméstica. La experiencia de vivir la película en 3 dimensiones por ahora sólo resulta rentable dentro de un cine, pero mientras se siga usando la doble imagen, los efectos sobre la visión del espectador pueden ser muy molestos.
Las técnicas holográficas no presentan estos problemas. Sin embargo, nos encontramos que la actual tecnología 3D aún persiste en la vieja táctica de exhibir dos imágenes separadas para que nuestro cerebro las funda y las convierta en una sola con aspecto tridimensional. Este hábil engaño de la técnica, a una persona con el sistema ocular sano no parece perjudicarle, sin embargo, para aquellos que tengan algún problema de visión como el estrabismo o la ambliopía (ojo vago) puede llegar a convertirse en una fuente de problemas. Los especialistas indican que estas películas en 3D pueden provocar mareos, visión doble, náuseas y desequilibrios a esas personas con deficiencias visuales.
El Colegio de Ópticos-Optometristas de la Comunitat Valenciana (COOCV) advierte que si usted sufre alguno de esos síntomas viendo una película en 3D acuda de inmediato a un especialista para hacerse una revisión binocular, puesto que puede estar padeciendo una foria, un problema derivado de la posición inadecuada de sus ojos a la hora de fusionar las imágenes. Hay que tener en cuenta que nuestros ojos corrigen constantemente su orientación para fijar un punto y poder fundir las imágenes en nuestro cerebro para convertirla en una sola. Cuando a nuestra visión se le somete a un esfuerzo adicional, como en las películas 3D, la alineación de los ojos tiene que conseguirse mediante una sincronización más intensa, cosa que no pueden lograr aquellos que padezcan de ambliopía.
Por lo que veo (nunca mejor dicho), James Cameron tendrá que habilitar cientos de cubos a la puerta de los cines para que la gente administre correctamente sus náuseas.
