Lisandro Pardo
En más de una ocasión hemos encontrado publicaciones dedicadas a satélites recientemente lanzados que presentan un gráfico bastante extraño. A la hora de visualizar una órbita, la mayoría espera ver una línea recta con la inclinación adecuada, pero en cambio recibe algo que a falta de una descripción más avanzada, se parece a una onda. ¿Por qué los expertos representan a las órbitas de ese modo? En realidad, la razón de fondo no está ni en el satélite ni en su órbita… sino en el mapa de la Tierra.
Recientemente he estado explorando varios artículos enfocados sobre la intención del gobierno de Donald Trump de regresar a la Luna, los planes que tiene la NASA para ello, y cómo afectará a la Estación Espacial Internacional… porque al final del día, el dinero debe salir de alguna parte. Una sección de la prensa cree que el regreso a nuestro único satélite no va a suceder. Si tenemos en cuenta que el presupuesto actual de NASA es uno de los más bajos en su historia, la misión probablemente nunca logre ir más allá de los simuladores. Otros creen que la prioridad debería ser Marte e invertir los pocos fondos disponibles en ello, y después está la tercera opción, que es pasar la Estación Espacial Internacional a manos privadas para liberar fondos. Entre todos esos textos aparecen algunas imágenes sobre la estación, pero hubo una que me llamó la atención:
Sin lugar a dudas, esa es la órbita de la estación. ¿Pero por qué se ve así? La estación mantiene una órbita muy estable a unos 400 kilómetros sobre nuestras cabezas, y no hay nada de zig-zag en ella. Al explorar la órbita de otros objetos en el espacio, descubrimos que las líneas de sus órbitas en el mapa terrestre son similares… y ahí está la clave. Las órbitas se ven como ondas porque son representaciones 3D sobre un mapa 2D, el cual fue modificado de modo tal que la esfera de la Tierra se convierte en un cilindro. Eso da lugar a situaciones muy confusas (que espero poder explorar más adelante), pero la forma más efectiva de explicar la órbita-onda es con un vídeo:
Por supuesto, existen excepciones a esta situación. Una de ellas surge cuando la órbita del satélite se desarrolla sobre el ecuador, y después encontramos órbitas más complejas y exóticas que generan patrones diferentes (Molniya, por ejemplo). En fin, es una duda más que queda despejada, y que nos acerca un poco más al espacio.
