¿Alguna vez te preguntaste por qué Spider Man 2 fue un rotundo éxito de taquilla mientras que Bajos instintos 2 fue un completo fracaso? Sus productores también. Pero quizás ahora puedan conocer qué tan bien funcionará una película antes de estrenarla. Aunque no lo parezca, las matemáticas también tienen algo que decir sobre este tipo de cuestiones, y un grupo de académicos ha elaborado una fórmula que permite predecir la suerte que correrá la secuela de la película exitosa antes de siquiera pensar en filmarla.
Hollywood ha explotado, con bastante éxito, las secuelas de las películas taquilleras. Para un productor de cine, es casi una obligación filmar la segunda (y tercera, cuarta, quinta, etc) parte de una película que le ha dejado un buen montón de dinero. Sin embargo, en muchos casos las secuelas de buenas películas suelen ser un fracaso estrepitoso, arruinando una franquicia que -si hubiese sido correctamente tratada- se hubiese convertido en la gallina de los huevos de oro. Piratas del Caribe o Star Wars han cosechado toneladas de dólares, demostrando que se pueden filmar varias secuelas (o precuelas) de una historia interesante, y convertirla a su vez en un éxito rotundo. Lamentablemente, hasta ahora la decisión de invertir o no en una secuela -o cuánto pagar por los derechos de una franquicia exitosa- se han basado en algunas reglas empiricas y en la intuición de los inversionistas.
Sin embargo, esta situación que tanto atormenta a los productores de cine podría cambiar en el corto plazo. Las matemáticas, así como sirven para predecir con (casi siempre) éxito los vaivenes de la economía o la cantidad de gente que cumple años el mismo día que tú, también servirían para determinar si el dinero invertido en la segunda parte de una película se convertirá en una fortuna o por el contrario, habrá sido oro tirado a la basura. Factores tales como si las estrellas principales todavía son buscadas por el público o el tiempo que ha pasado desde la ultima vez que filmaron una película deben ser tenidas en cuenta antes de comenzar a filmar una segunda parte. Con varios datos de este tipo a mano, los matemáticos aseguran que pueden calcular el beneficio bruto que los productores recibirán en relación a una película del mismo género pero que no sea una secuela.
“Esta es la industria de los sueños, una industria que trabaja con ilusiones, en la que muchas personas terminan en la quiebra. La idea es poner algo de pensamiento analítico en el proceso de selección de los guiones”, explica el profesor Thorsten Hennig-Thurau, de la Cass Business School de Londres. Por ejemplo, la participación de los actores originales es un factor que influye, y mucho, en el éxito de una secuela. Los matemáticos otorgan un gran peso a este factor, y puede que estén en lo cierto. Cuando se filmó Bajos instintos 2, a los productores se las pasó por alto que en los años transcurridos entre la película original y la nueva, Sharon Stone se había convertido en algo parecido a su propia madre y que la ausencia de Michael Douglas le restaría atractivo a la historia. La franquicia de Teenage Mutant Ninja Turtles se vendió hace unas semanas por 60 millones de dólares, y en pocos días saldrá a la venta la correspondiente a la saga Terminator. Está claro que hace falta mas que un nombre para convertir una secuela en un éxito, y que hay mucho dinero en juego. Hennig-Thurau está trabajando en una fórmula que permita determina de antemano como se comportará uno de estos largometrajes en los cines antes de comenzar a filmar.
“En pocas palabras, esta industria no es demasiado diferente a otras. Estamos hablando de algo muy similar a la extensión de una marca, de como determinar su precio o valor adecuado”, dice Henning-Thurau. Su equipo ha revisado mas de 100 secuelas de películas estrenadas entre 1998 y 2006. También han cotejado sus recaudaciones con las de películas independientes con características similares. Los resultados serán publicados en la revista Journal of Marketing de este mes. Si su fórmula funciona, la secuela de “The Twilight Saga: New Moon” debería redituarle a sus productores al menos unos 34 millones de dólares más que si hubiesen apostado por una película con un argumento similar pero que no se emparentara con la anterior.
Henning-Thurau explica que parte del secreto del este éxito se deberá a que el reparto original se mantiene, y que el tiempo transcurrido entre uno y otro estreno es corto. No se trata de un estudio que vaya a ser ignorado por la industria del cine. Durante el año pasado, solo el 4.2% de los estrenos correspondieron a secuelas, pero recaudaron el 20,6% de recaudación de taquilla total. A esto hay que agregarle el incremento en las ventas de DVD de las películas originales cada vez que se estrena una secuela, por lo que conocer de antemano que tan exitosa va a ser en los cines es realmente valioso.