Uno de los desafíos más importantes que tuvo la medicina en el pasado fue documentar con precisión las características físicas de ciertas condiciones. Muchas puertas se abrieron gracias a la intervención de los microscopios, pero más allá de la habilidad y el conocimiento de los expertos, esto requería la intervención de alguien con una buena base artística. Ese alguien era el doctor Frank Netter, quien tomó al mercado por asalto con sus revolucionarias ilustraciones. Bautizado «el Miguel Ángel de la Medicina», los dibujos de Netter fueron recibidos con los brazos abiertos por sus colegas… pero nosotros nos sentimos un poco incómodos…
Nacido el 25 de abril de 1906 en la ciudad de New York, el doctor Frank Netter comenzó su carrera artística estudiando en lugares de alto perfil como la Academia Nacional de Diseño, y la Liga de Estudiantes de Arte de New York. A mediados de los años ’20, el arte de Netter ya había llegado al Saturday Evening Post y el mismísimo New York Times, pero su progreso como ilustrador encontró una dura oposición en sus padres, quienes le pidieron seguir una línea de trabajo más «estable». Eso lo llevó al terreno de la medicina, y se convirtió en cirujano después de pasar por el City College y la Universidad de New York. El destino decidió conspirar en contra de su práctica, y con la Gran Depresión en pleno efecto, sus potenciales pacientes no podían pagar ni siquiera los servicios de salud más básicos.
La destreza de Netter en ambos campos le permitió obtener trabajos independientes en compañías farmacéuticas, que buscaban sus ilustraciones para optimizar ventas durante esos tiempos difíciles. Su retiro definitivo de la medicina se manifestó gracias a un curioso malentendido: Un cliente solicitó sus servicios, y Netter pidió 1.500 dólares por un conjunto de cinco imágenes, pero el cliente interpretó que eran 1.500 dólares por imagen, y pagó los 7.500 dólares sin protesta. La popularidad del doctor Netter explotó cuando CIBA (hoy parte de la multinacional Novartis) le encargó la ilustración de un corazón humano para promocionar la venta de digitalis (utilizada en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca). La respuesta de la comunidad médica fue tan impresionante que las solicitudes de copias adicionales (esta vez sin la publicidad) se multiplicaron.
El trabajo de Frank Netter dio lugar a más de 4.000 ilustraciones, muchas de ellas recopiladas en docenas de volúmenes, incluyendo la CIBA Collection of Medical Illustrations. Celebradas por su realismo y precisión, quien observa a estas ilustraciones y no tiene relación con la medicina quedará rápidamente impresionado, hasta asustado, diría. Por supuesto, no se trata de nada al nivel del maestro H.R. Giger, ni de las extrañas capturas que hicieron los pioneros de la fotografía, pero por cuestiones lógicas vamos a emitir una advertencia de NSFW, ya que existen algunos desnudos frontales entre las imágenes.
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